Domingo 19 de marzo de 2023, p. 3
El reconocido historiador Adolfo Gilly reunió en su libro recientemente editado, Estrella y espiral, un mosaico de las figuras centrales en su obra como referencias sociales y los momentos históricos que han producido en él y en la sociedad una marca indeleble.
Narra encuentros vitales para el investigador y colaborador de La Jornada, con personas como el ineludible historiador Friedrich Katz para entender la figura toral de Pancho Villa, el poeta surrealista André Breton y su vínculo con el Nobel de Literatura Octavio Paz, el colombiano Camilo Torres y su dilema entre su vocación sacerdotal y la vía armada, así como otros destacados intelectuales, escritores, activistas y filósofos.
La galería muestra también a través de la brillante pluma de Gilly al poeta argentino Juan Gelman, al intelectual Bolívar Echeverría, a Benito Juárez, al revolucionario y escritor Victor Serge, al filósofo Luis Villoro y al historiador Marc Bloch.
Las líneas ágiles del volumen publicado por Ediciones Era son un decálogo de admiraciones y amistades, de cariño y respeto en una lúcida reflexión en torno a los protagonistas de decenas de luchas, impulsados por su sólido compromiso social o de saber, como elementos complementarios; también de la vida de creadores que con su trabajo dieron luz al siglo XX.
En el primer texto, Gilly (Buenos Aires, 1928) evoca la figura de Friedrich Katz, historiador que marcó un antes y un después en el estudio del revolucionario Pancho Villa. Ahí también se esboza parte de las luchas políticas que vinculan a sus padres, los comunistas austriacos Leo y Bronia Katz, con el legendario intelectual francés Marc Bloch, fundador de la Escuela de los Annales y comprometido combatiente antifascista.
El escritor recordó el especial cariño que Katz sentía por un dibujo de Rafael Barajas El Fisgón, donde aparecía el historiador austriaco con indumentaria de oficial de Villa. Este soy yo, un dorado de la División del Norte, un guerrero
, sostenía el intelectual.
Oficio de buscar historias
El título rezuma la pasión y curiosidad intelectual del autor, el conocimiento de una época convulsa por las luchas antifascistas en Europa o por la independencia y justicia en América Latina; el homenaje y cariño por las personalidades que marcaron la historia del siglo pasado desde su compromiso político y su conocimiento. También es una exhibición del saber de Gilly en torno a las líneas históricas que nos han conducido al presente.
El escritor definió: En el oficio de buscar y contar historias Friedrich fue maestro del ensayo, una de las artes de la escritura más cercana a la magia del equilibrista
; destacó que “cuando escribió su Pancho Villa, Friedrich había ya vivido y sufrido lo bastante como para saber escudriñar conductas y pasiones en las guerras y en las revoluciones”.
En el texto, mezcla de los estilos del ensayo, la biografía, memoria o la reseña, Adolfo Gilly destacó al sacerdote Camilo Torres, asesinado en 1966 a los 37 años, quien sostenía: Creo que me he entregado a la Revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa para realizar ese amor al prójimo, en el terreno temporal, económico y social. Cuando mi prójimo no tenga nada contra mí, cuando haya realizado la Revolución, volveré a decir misa si Dios me lo permite
.
Gilly cuenta que empezó a leer a Octavio Paz “en el lugar más inesperado: la cárcel de Lecumberri. Siempre me habían acompañado la poesía y los surrealistas. Venían conmigo André Breton y Paul Éluard y Benjamin Péret y Guillaume Apollinaire y Max Ernst y el peruano César Moro y el martiniqués Aimé Césaire y los mundos fantásticos de Paul Delvaux, Giorgio de Chirico, René Magritte y Leonora Carrington.
“En Lecumberri me llegó El laberinto de la soledad. Cité una de sus frases en la primera página del libro que escribí en los seis años de cárcel, La revolución interrumpida, sabiendo que muchos amigos se iban a enojar.”
Otro de los textos bocetó a Victor Serge, en los últimos tiempos de desarraigo y el exilio de esta persona a quienes las tiranías niegan hasta la nacionalidad
, la forma en que se movilizaron muchas personas para salvar su vida y la de sus hijos perseguidos hasta que se le dio refugio en México.
El profesor de historia y ciencia política de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) consignó: El asilo asegurado por el general Lázaro Cárdenas y por México prolongó seis años y dos meses la vida de Victor Serge. Fueron, como los de los Trotsky, años de intensa creación literaria, intelectual y política. El legado que dejaron es único. La gratitud a quien lo hizo posible, también
.
En estas páginas, Adolfo Gilly abre al lector las temáticas que le han interesado: la violencia, la modernidad, la microhistoria, la rebelión de los marginados, la literatura como fuerza liberador y la memoria como motor.