Pensaban que todo lo iban a resolver con la fuerza, señala
Sirvió para apantallar
a extranjeros y personajes políticos y de medios, dice Rosa Icela Rodríguez
Viernes 10 de marzo de 2023, p. 3
“Nos tardamos porque nos hicieron una limpia, una sahumada…”, ironizó el presidente Andrés Manuel López Obrador al iniciar ayer su conferencia diaria, esta vez en el mismísimo búnker concebido por Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón.
Cuánta prepotencia, una faramalla, una extravagancia, resumió López Obrador sobre la que fuera la obra insignia de otros tiempos.
En ese lugar, que hoy es la sede del Centro de Inteligencia de la Guardia Nacional, el Presidente encabezó primero la reunión del gabinete de seguridad.
Ya en la conferencia, dijo que el espacio estaba acorde con las concepciones autoritarias que (piensan que) todo lo van a resolver con robocops, con armas, sometiendo por la fuerza
.
En una pincelada, resumió que el lugar fue una fachada que no sirvió para pacificar a México y que reflejaba una mentalidad autoritaria, facha (por fascista)
.
Más de 3 mil mdp
La conferencia transcurrió en la instalación de cuatro niveles, tres de ellos subterráneos, que costó 3 mil 346 millones de pesos, informó la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez. Indicó que fue ideado como un cerebro informático, que supuestamente serviría para enfrentar la llamada guerra contra el narcotráfico
.
El enclave, expuso, fue la materialización del ideal televisivo que tenía el entonces presidente Calderón, asombrado por una serie de la época, 24 Horas, que mostraba el uso de la tecnología para combatir el crimen.
Y aún más, expresó la secretaria Rodríguez: A través de las pantallas de monitoreo se tenían enlaces con equipos de vigilancia aérea para, según esto, realizar el seguimiento de operativos que supuestamente se realizaban en vivo, cuando en realidad eran grabaciones a destiempo
.
En la conferencia se proyectó un video de la Presidencia de la República, que caracterizó al lugar como una mezcla de la paranoia al estilo hitleriano de García Luna y de su megalomanía
. Fue parte de los símbolos de un gobierno faraónico, que privilegió lo espectacular y lo violento por encima de lo eficaz
.
Saldos de la ofensiva
La inauguración del búnker fue en noviembre de 2009. Meses después, en el ocaso del sexenio de Calderón, se dispararon los índices de mortalidad, según la estadística que presentó López Obrador.
En 2011 hubo 27 mil 213 muertos y 25 mil 967 al año siguiente. La letalidad en los operativos contra el crimen organizado también alcanzó su cima en 2011, con mil 412 muertos, frente a mil 127 heridos o detenidos.
García Luna saturó el búnker de pantallas –explicó Rodríguez– para apantallar
a sus numerosos visitantes extranjeros y personajes de la política y los medios de comunicación.
Sin embargo, explicó que el lugar no se consolidó como principal centro operaciones por el recelo de las fuerzas armadas con el ex secretario de Seguridad, quien en ese tiempo se decía el mejor policía de México y hoy yace preso en la cárcel de Brooklyn, Nueva York
.
Hay elementos para sostener que imperó durante el gobierno de Calderón un narco-Estado
, soltó López Obrador en un breve balance. Fue un gobierno, de principio a fin, violatorio de la Constitución; un gobierno, espurio
.
En las entrañas del fortín
Concluida la conferencia, se abrieron parcialmente para los asistentes las entrañas del búnker.
Hubo una visita a la sala de crisis, en el primer piso subterráneo. Es un sofisticado espacio, rodeado de pantallas que operan en la lógica de cuatro cuadrantes: 1) el seguimiento de aeronaves que se detectan bajo la sospecha de que llevan carga ilícita; 2) el curso de desastres naturales o accidentes graves; 3) el flujo de información de presuntos delincuentes, que se contrasta con las bases de datos integradas de todo el país (nacional, estatales y municipales) y 4) la vigilancia al desplazamiento de las aeronaves de la Guardia Nacional.
En otro sector del complejo se llega al elevador que conectaba las oficinas de García Luna con la entrada de un larguísimo túnel, que serpentea por los intestinos de esta sofisticada instalación, algún día descrita como la vanguardia para combatir el narcotráfico.
Doce años después, de acuerdo con el juicio en Nueva York, García Luna, que despachaba desde ese búnker, resultó culpable de conspiración para el tráfico de cocaína.