Miércoles 8 de marzo de 2023, p. 22
París. La movilización en Francia contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron entró este martes en una nueva fase al registrar su mayor protesta y con el inicio de una huelga prorrogable en sectores claves.
Tras semanas de infructuosas protestas pacíficas –desde el 19 de enero–, los sindicatos recrudecieron su pulso contra un gobierno firme en su posición de no echar para atrás la reforma planteada –incluido el proyecto de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030– y salieron a las calles por sexta ocasión; su objetivo era paralizar
la economía.
Además, para presionar a los legisladores, los sindicatos franceses más duros anunciaron que esta vez habrá paros continuos, que podrían durar días, incluso en refinerías y ferrocarriles.
El lunes ya estuvieron paralizadas tres de las cuatro terminales metaneras por siete días
, y desde el viernes, los inconformes hacen caer la producción eléctrica en el sector nuclear.
Continuaremos hasta que se retire la reforma
, sentenció el jefe del sindicato Force Ouvriere (FO), Frédéric Souillot, a la radio RTL.
Desde Marsella el ex candidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa (LFI), acusó que el responsable directo
de la situación es el presidente y pidió el retiro de la reforma, la disolución de la Asamblea Nacional o bien la convocatoria para un referéndum.
Ayer, 1.28 millones de personas, según el gobierno, y hasta 3.5 millones, de acuerdo con el sindicato CGT, participaron en la mayor protesta –superó a la del pasado 31 de enero– en tres décadas contra una reforma social.
El jefe de Policía de París confirmó la detención de 43 personas por escaramuzas extremadamente limitadas
.
La jornada amaneció con carreteras bloqueadas de Rennes a Perpiñán, la suspensión de la expedición de combustible de todas las refinerías, los recolectores de basura parados, trenes y vuelos anulados.
El sindicato mayoritario de Educación Secundaria Snes-FSU afirmó que el paro fue secundado por 60 por ciento del personal.
La última vez que los franceses lograron frenar una reforma de las pensiones fue en 1995, entonces los sindicatos paralizaron los servicios de tren y Metro durante tres semanas y lograron mantener el apoyo de la opinión pública.