Martes 7 de marzo de 2023, p. 6
París. Los autores objetan ante la justicia a las empresas de inteligencia artificial (IA) que utilizan sus imágenes para generar contenidos, pero la batalla legal será ruda, ya que tanto en Estados Unidos (EU) como en Europa, la ley favorece a esa tecnología.
Sin embargo, los juristas piensan que la ley puede evolucionar.
En enero en Estados Unidos, tres artistas se querellaron contra Stable Diffusion, Midjourney y DeviantArt.
Por su lado, la agencia fotográfica Getty presentó una denuncia contra Stable Diffusion.
Los querellantes objetan el derecho de las compañías de IA a utilizar textos o imágenes para el aprendizaje
de sus programas.
En Europa, una directiva de 2019 autoriza el derecho de exploración profunda, conocido como data mining, incluso sobre contenidos protegidos por los derechos de autor, si son de acceso público.
Salvo, si el titular de los derechos se opone expresamente.
Esta excepción a los derechos de autor, pensada para permitir el desarrollo de estas tecnologías, había pasado relativamente desapercibida
, explicó Charles Bouffier, del estudio Racine, en Francia.
La dificultad radica en asegurarse que la oposición de los autores sea respetada.
Para Pierre Pérot, del estudio August Debouzy, ubicado en París, va a ser difícil saber si una obra fue utilizada en la fase de aprendizaje.
Respecto de los contenidos, el estatuto jurídico es delicado.
Tanto el derecho europeo, como el estadunidense, sólo reconocen una falsificación cuando se copia una obra precisa.
Ni un género ni un estilo pueden estar protegidos por los derechos de autor
, sostuvo Eric Barbry, del estudio Racine.
En cambio, si se reconoce claramente la fuente de una imagen, el asunto puede plantearse.
En Europa, hay un reducto que puede proteger a los artistas copiados por tecnologías de IA, ya que la noción de parasitismo
sanciona el saqueo
de los esfuerzos ajenos.
Otra cuestión que plantea el auge de estas tecnologías es el uso comercial de los contenidos.
Los juristas estiman que una inteligencia artificial no es propietaria, ni autora ni responsable.
Las IA explican en sus condiciones generales que es el usuario quien es responsable del uso que hará del contenido. No hay nada que impida su comercialización
, agregó Pérot.
De esto deriva la pregunta de si se debe especificar que el producto proviene del uso de IA. La futura directiva europea podría estipular una obligación de transparencia. Va a ser complicado que los usuarios se presenten como autores plenos
, confirmó Barbry.
Ningún tribunal en Europa se ha pronunciado sobre el tema, pero en Estados Unidos la Oficina sobre los Derechos de Autor rechazó otorgar derechos a un cómic generado por inteligencia artificial.