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Economía: señales positivas
E

l peso mexicano continúa una racha de fortalecimiento que ayer lo llevó a romper la barrera de las 18 unidades por dólar y cotizarse en 17.99, antes de cerrar la jornada en 18.01. Esta cotización no vista desde abril de 2018 responde tanto al diferencial de tasas de interés fijadas por los bancos centrales de México y Estados Unidos, como al reconocimiento de nuestra nación como destino de inversión, aspecto que se volvió notorio con el anuncio de que Tesla, la mayor automotriz por valor de mercado, construirá aquí su siguiente gigafábrica.

Además de estos factores en los que se ha hecho énfasis, la inédita revaluación de nuestra moneda se ve estimulada por unas finanzas públicas sanas y un nivel de endeudamiento estable, como resaltó el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O. También contribuyen las señales de resiliencia ante la incertidumbre global, como el crecimiento de 3.1 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2022 o las cifras de empleo, que tuvieron su mejor enero desde que se lleva este registro, al sumar 409 mil nuevos puestos, según dio a conocer el Inegi. Ramírez de la O destacó que, a diferencia de Estados Unidos, México ya recuperó los niveles de empleo previos a la pandemia. Otra buena noticia en este rubro fue la ligera disminución de la tasa de informalidad. Estos avances deberían reforzarse a lo largo del año con la llegada de un importante flujo de inversiones gracias al fenómeno del nearshoring o relocalización productiva, estimado por la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, en 2 mil millones de dólares.

Más allá del tipo de cambio, está claro que persisten los desafíos económicos. Sin ir más lejos, la creación de empleos se concentró en los trabajos con remuneraciones más bajas, por lo que el aumento de la ocupación viene acompañado de precariedad financiera para los trabajadores. Asimismo, las mujeres perdieron 198 mil 863 plazas, lo cual indica la persistencia de brechas de género en el mercado laboral y, por tanto, un déficit en el cumplimiento de los derechos humanos de ellas. Tampoco puede pasarse por alto que la persistencia de las altas tasas de inflación golpea con particular crudeza a los sectores de menores ingresos, lo cual plantea retos adicionales a los esfuerzos para llevar bienestar a las mayorías.

Con todo y estos pendientes, la realidad ha vuelto a desmentir a quienes se empeñan en instalar la percepción de que México se encuentra a la deriva en cuanto al manejo de su economía y la creación de condiciones para la inversión y el desarrollo. Por el contrario, se evidencia que las decisiones internas han permitido capear un panorama internacional sumamente complejo, en el que todas las dificultades de la pandemia fueron seguidas por un desorden mayúsculo en las cadenas de producción y, después, por los desajustes generados a causa de la guerra en Ucrania y las sanciones occidentales contra Rusia.

Cabe desear que la tan preciada estabilidad macroeconómica sea aprovechada y derive en beneficios no sólo para los grandes capitales, sino, ante todo, para los trabajadores, que por mucho tiempo se han visto excluidos de las bondades del crecimiento.