Voluntaria refiere que hace 16 años había muchos hombres, pero hoy casi se logra la paridad
Lunes 20 de febrero de 2023, p. 14
Las mujeres tienen cada vez mayor presencia en áreas de la Cruz Roja Mexicana (CRM) en las que antes sólo había varones. Paola Poó está en rescate urbano, una especialidad que pertenece al área de socorro de la CRM. Es voluntaria desde hace 22 años, y en rescate urbano tiene año y medio.
El trabajo de Poó es rudo. En entrevista con La Jornada cuenta que “a veces es fuerza, pero otras, habilidad, y es muy importante saber la técnica. Las herramientas de rescate urbano, como las quijadas de la vida, que parecen perico, pesan bastante, son para abrir o separar los metales de los coches.
No quiere decir que si no tienes fuerza no puedes estar en la sección; ayudas a conectar, a fijar el coche. Si le quieres entrar a todo, hay que ponerse a hacer fuerza, porque no sólo son las herramientas, sino cargar cuerdas y equipo. Al llegar a la escena a veces debes subir varios pisos con el equipo y luego regresar con todo. Es un trabajo demandante
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Reacción positiva
En vísperas de que la CRM cumpla 113 años (21 de febrero), asegura que no ha vivido actos de misoginia en la institución, “pero en ocasiones la gente, cuando llegas y dices: ‘Soy paramédica o de rescate urbano’, preguntan: ‘¿Dónde está el señor o el muchacho?’ Sólo respondo que yo soy la encargada del servicio. Otras veces te ven mujer y la reacción es positiva. Te aplauden, dicen: ‘¡Guau, eres mujer!’”
Viridiana Zárate es paramédica en motocicleta, la única mujer en esa área. Tiene 10 años en la CRM. “Llevo cuatro años en esta área. La responsabilidad de ir en moto es diferente, eres sólo tú. Cuando vas en ambulancia somos varios. En la moto tú buscas la mejor ruta para llegar lo más rápido posible. En la ciudad no faltan las calles cerradas y tienes que estarte cuidando de los demás vehículos, además de pensar en lo que encontrarás y si llevas todo lo necesario.
De las decisiones que uno toma depende la vida de la persona. Cada servicio es una sorpresa, cada uno es totalmente diferente. He ido a choques y todos son diferentes. Una vez me dijeron que era una colisión de dos vehículos e imaginas dos automóviles, pero cuando llegué era un triciclo de un señor que vendía tamales y un taxista. Nunca sabemos lo que realmente nos espera y justo por eso tenemos que estar preparadas para cualquier situación.
Adriana Carmona es voluntaria de la institución. Estoy en el área de capacitación, pero también en ambulancia para salir a cubrir emergencias
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En plena entrevista hay un llamado y por un momento parece que la plática acabó, pero son otros compañeros los que acuden. “Justamente la reacción que viste ahora es la que siempre pasa cuando hay una emergencia. Te tocó escuchar el llamado: un choque múltiple, nunca sabes a qué te vas a enfrentar.
Eso hace que el corazón se ponga a todo lo que da, genera una emoción y conlleva gran responsabilidad. Te dicen que vas a un choque, pero había una mujer embarazada, y a lo que llegas es a otra cosa, esperabas atender un trauma y terminas asistiendo un parto.
Dice que le tocó una transición muy interesante
. Hace 16 años, cuando comenzó su voluntariado, eran muchos hombres y conforme pasaron los años eso cambió. Estoy en capacitación y me doy cuenta de que ahora las generaciones son casi mitad y mitad. Las mujeres toman un papel importante en la paramedicina, antes en los cursos eran menos de un tercio
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Carmona refiere que tanto a hombres como mujeres lo que más nos afecta es atender a niños, es muy complicado emocionalmente. Un servicio que me dejó marcada fue el de un choque en el que murió una familia completa. Iba en ambulancia y me tocó sacar los cuerpos de los niños que quedaron debajo del vehículo
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Las tres paramédicas destacan que las actividades que realizan son gratificantes porque tienen la posibilidad de salvar vidas.