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Estábamos a unos metros de los cuerpos cuando Moreira mandó a desalojarnos
 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de febrero de 2023, p. 3

¡Qué impotencia, qué frustración sentimos de que no nos permitan sacar los cuerpos de los 63 mineros, aunque podemos hacerlo!, exclama el ingeniero Fernando Acosta, quien en 2008, junto con un grupo de rescatistas independientes y viudas de los trabajadores de Pasta de Conchos, llegó a unos metros del sitio dentro de la mina donde están los cuerpos atrapados.

Anoche, junto con el grupo de viudas que participó en ese intento de rescate, Acosta estaba en el campamento instalado fuera del mineral de carbón, para esperar a que dieran las dos de la madrugada con 10 minutos, la hora en que se produjo hace 17 años la explosión que acabó con la vida de 65 mineros, para recordarlos.

A nosotros no se nos olvida que ahí siguen, que no quieren sacar sus restos, porque a Grupo México no le conviene, agrega en entrevista telefónica y narra cómo fue que el 20 de noviembre de 2008, dos años después del siniestro, comenzó los trabajos para llegar hasta los cuerpos enterrados, que duraron 576 días.

Explica que antes de ello, en 2007, Grupo México metió personal a la mina durante un año, para limpiarla y hermosearla, para que se dijera que ahí no había pasado nada, pero entre los escombros encontraron los cuerpos de dos de los 65 mineros. Se trató, dijo, de empujadores, personal que debía empujar el carbón por la banda que lo trasporta y que estaban más hacia la salida al ocurrir la explosión.

Con esa experiencia inician, apoyados por el Sindicato Minero, organizaciones sociales y la familia de las víctimas el rescate. Casi dos años en que junto con 76 rescatistas especializados entraron por los túneles que usaban los mineros, cavaron y rompieron el duro carbón, y contra el argumento que siempre esgrimió Grupo México, de que era muy riesgoso, no hubo ningún accidente. Nadie salió ni con una uña machucada.

Estaban ya muy cerca de los cuerpos, ya estaba lista el área para que entraran y salieran el Ministerio Público y demás personal que debía dar fe y sacar los restos, pero entonces la policía del gobernador Humberto Moreira entró a desalojarnos por la fuerza, golpearon a las viudas y sellaron con concreto la entrada de la mina.

Si ahora quieren de veras rescatarlos, y en eso hemos insistido miles de veces, que lo hagan por los túneles de la mina, que la reabran, con los socavones nuevos que quieren hacer y que ni siquiera han iniciado, van a tardar años y años en llegar.

Tomasita Martínez, Aída Griselda Farías y María Guadalupe Hernández, quienes participaron en ese intento de sacar de la mina los cuerpos de sus esposos, y Rosa María Mejía, quien estaba fuera de la mina, esperando y fue también golpeada por los policías, junto con otros familiares, piden también ese plan B a López Obrador.