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Desde otras ciudades

En una vieja cabina telefónica remodelada, voluntarios de Coburgo, Alemania, rescatan alimentos que serían desechados

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▲ Principalmente bollos y brotz, la cabina reciclada ofrece alimentos en buen estado para todo el que lo desee en la ciudad alemana de Coburgo.Foto Dpa
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uena extraño, pero en una cabina telefónica de Alemania se pueden encontrar alimentos para compartir de forma gratuita.

La ciudad de Coburgo quiere evitar el desperdicio de alimentos y por eso habilitó un sistema en el que se utiliza una antigua cabina telefónica para compartir comida en buen estado que iba a ser tirada.

Un portavoz de esa población de 42 mil habitantes, ubicada en el centro-este de Alemania, precisó que los ciudadanos que necesiten pueden retirar de la antigua cabina amarilla alimentos que fueron rescatados de ser arrojados a la basura.

Mediante la plataforma Foodsharing (compartir comida) se distribuyen alimentos que, de otro modo, habrían terminado en la basura, a personas que pueden aprovecharlos y así no sólo evitar el desperdicio.

A diferencia de los bancos de alimentos, las personas que reciben alimentos, de acuerdo con el sistema de Foodsharing, no tienen que ser sólo de bajos ingresos. La oferta está abierta a todo el que lo desee.

Los organizadores de Foodsharing informan por medio de una plataforma de Internet qué alimentos están disponibles en cada lugar para ser retirados.

Los voluntarios de la red de alimentos compartidos de Coburgo no sólo aceptan las donaciones, comprueban si aún son comestibles y los distribuyen en varias zonas, una de los cuales es la cabina telefónica amarilla de Metzgergasse, frente a la oficina municipal de la diaconía de Coburgo.

En ese lugar se pueden retirar alimentos durante las 24 horas del día. La diaconía informó que la mayoría de los productos son de panadería.

Los responsables informaron que detrás de la organización de la cabina –que ya no cuenta con teléfono– hubo un año de trabajo para distribuir los alimentos, pues tenían que contar con una buena logística.

En un trabajo mancomunado, informaron las autoridades; la ciudad, la diaconía y activistas locales de Foodsharing, entre otros, adquirieron la antigua cabina telefónica por medio de eBay, la desmantelaron, la lijaron y volvieron a pintar.

La ciudad considera este proyecto como una contribución a la sostenibilidad. No obstante, una portavoz de Foodsharing aclaró que el abastecimiento del banco de alimentos de Coburgo tiene prioridad y no se le quita comida.

Dpa