e he concentrado en Chile porque nos brinda lecciones invaluables para el resto de América Latina y particularmente para las izquierdas. En otras entregas me enfocaré en Brasil, también crucial en nuestra región.
En septiembre de 2022 el referéndum a favor o en contra de la Constitución arrojó resultados sorprendentes. Mientras 78 por ciento habían votado en 2020 por una nueva constitución, en 2022, la rechazó 62 por ciento.
Los nuevos votantes. En el plebiscito para aprobar la nueva constitución participaron poco más de 13 millones de personas, convirtiéndose en la elección con más votantes. Esta cifra superó la de los electores en el plebiscito de entrada de 2020, cuando sufragaron poco más de 7.5 millones de electores. Estos ciudadanos que nunca antes habían votado inyectaron al proceso electoral de un alto grado de volatilidad.
Las corrientes al interior de la convención constitucional. Casi dos tercios de los convencionales electos no pertenecían a partido alguno, pero sí se expresan dos vertientes que amenazaron sistemáticamente con desbarrancar las actividades de la convención: las sustentadas en movilizaciones sociales y en propuestas identitarias, y las fincadas en organizaciones gremiales o partidistas. Aquí esta en parte el origen de la escisión severa entre las izquierdas agrupadas en Apruebo Dignidad alrededor de dirigentes estudiantiles como Gabriel Boric, Camila Vallejo y Giorgio Jackson, más el Partido Comunista y, por otra parte, la coalición de la ex Concertación, donde se encontraba el Partido Socialista, el Partido por la Democracia, la Democracia Cristiana y el Partido Radical, entre otros.
Las derechas. Políticamente organizadas en cuatro agrupamientos: dos que habían participado desde el inicio de la transición en procesos electorales, Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN), y dos de recientemente creación Evópoli y Republicano, de extrema derecha, cuyo candidato, José Antonio Kast, fue derrotado en las pasadas elecciones presidenciales. El marginamiento de las derechas en las elecciones constituyentes los llevó a elaborar una sofisticada estrategia basada en aprovechar las divisiones que afloraban en el bloque de izquierda buscando jalar a un sector de indecisos de centroizquierda para que rechazaran la nueva constitución a cambio de garantizarles que el Congreso Nacional convocaría a un nuevo proceso constituyente. La prueba simbólica de que cumplirían este acuerdo fue que un bloque centrista, pero con el apoyo de la derecha y de sectores de la izquierda aprobó reducir en el Congreso la mayoría necesaria para cambiar la constitución de dos tercios a cuatro séptimos, facilitando así su modificación. La derecha ofreció garantías para que aún rechazada la nueva constitución en el plebiscito, se iniciaría un nuevo proceso desde el Congreso.
El tema generacional afecta el comportamiento político de las izquierdas, ejemplo de lo anterior fueron las contundentes declaraciones del ministro Giorgio Jackson, quien en agosto de 2022 expresó que nuestra escala de valores y principios en torno a la política no sólo dista del gobierno anterior, sino frente a la generación que nos antecedió
. ( La Tercera, 3/8/22) Por su parte el ex presidente Ricardo Lagos ha expresado de manera contundente el resentimiento contra ese tipo de comentarios: Me parece que esa izquierda (joven) tiene que entender con humildad que hay un saber mover el aparato público. No es fácil. No lo puedo comparar con (el momento) cuando asumí yo. No solamente tenía un cierto liderazgo político. Asumí después de ser ministro de Educación y de Obras Públicas. Cuando llegué a la Presidencia sentí que sólo me estaba cambiando de escritorio. Ellos están teniendo un proceso de aprendizaje de lo que es estar en el gobierno y de lo que es gobernar
. ( La Tercera, 15/01/23)
Esta división marcará el futuro de Chile, como ya se atisba.
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