"La Jornada del Campo"
Número 185 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Miscelánea
Reunión de ronderos a 4000 metros de altura, Ccarhauyo.  Leif Korsbaek & Marcela Barris LunaReunión de ronderos a 4000 metros de altura, Ccarhauyo. Leif Korsbaek & Marcela Barris Luna

La situación hoy en Perú, y los campesinos

Leif Korsbaek & Marcela Barrios Luna  

Perú no es solamente un país campesino, es un país de indios, como diría Armando Bartra: un país de campesindios, pero en los conflictos entre indios y mestizos se ha llevado a cabo un fuerte proceso de blanqueamiento, éste como parte de un conflicto permanente entre los tres ambientes del país: la sierra, la selva y la costa.

Inmediatamente después de la conquista el centro de dominación del país se encontraba en la sierra, pero ya con la república aristocrática se hacía necesaria una alianza con los grandes terratenientes de la sierra para gobernar. Pero con el golpe de 1919 se concentró el poder en la costa, en medio de una cascada proyectos de modernización: automóviles, ferrocarriles, aviación, proyectos de irrigación, entre otros. Todo eso bajo la batuta del beneficiario del golpe en 1919, Augusto Leguía, que sería presidente hasta 1931.

No hay que dejarse engañar por las estadísticas, pues para parecer más a un país blanco, los indígenas de Perú han sido sometidos a tantos intentos de “blanquear” los, y en 1969 el general Velasco Alvarado, que había tomado el poder por el golpe, bautizó a los indígenas “campesinos” para permitirles ser beneficiarios de su reforma agraria bien intencionada pero mal organizada.

La situación en Perú es muy similar a la de México (y la de Colombia, de Chile, y de Brasil) con algunos matices: un gobierno dispuesto a hacer cambios dramáticos, y una oposición fincada en el congreso, luchando contra cualquier cambio. Una de las diferencias es que en Perú la oposición logró meter al presidente progresista en la cárcel, con el apoyo del ejército y de la embajada de los EEUU, mientras que Andrés Manuel López Obrador, en México ha logrado resistir las ridículas acusaciones de la oposición.

La situación contiene muchos elementos que corresponden a lo que José Matos Mar en 1940 bautizó “el desborde del estado”, cuando describió el encuentro entre “Perú oficial” y “el otro Perú”, y creo que eso es exactamente lo que está experimentando Dina Boluarte estos días. Ella se ha hecho dueña de un “Perú oficial”, pero tiene que enfrentar todo Perú campesino e indígena que se ha levantado contra ella en un enorme movimiento espontáneo,

Por lo anterior podemos preguntar ¿cuál es la relación entre los campesinos y el estado? Típicamente, los campesinos están organizados por medio de instituciones comunitarias, y siempre hay un nivel de enemistad entre los campesinos y el estado, que siempre tiene su ambiente en las ciudades. El estado representa el mundo del control, mientras que los campesinos viven en un mundo donde las relaciones son de confianza y no de control. El movimiento popular en Perú, un movimiento que claramente es contra el estado, es un movimiento enorme que por completo se ha escapado del control del estado, y eso es al mismo tiempo la enorme fuerza y la debilidad de este movimiento. Por el momento el movimiento popular es una ola que lleva todo por su fuerza, pero la cuestión es ¿de qué manera se evita que el gobierno con su fuerza bruta en el ejército logra evitar que este movimiento espontáneo se organice, y cuáles son sus posibilidades de organizarse?

El problema del gobierno progresista fue que la oposición reaccionaria estuvo mejor organizada, en el congreso y alrededor del fujimorismo, y lograron parar el proceso de cambio, así que por el momento tienen el sartén por la manga, para así decirlo. Pero el gobierno reaccionario tiene dos grandes problemas: por un lado, ya no tiene sombra de legitimidad y, por otro lado el peligro de que los campesinos en Perú también cuentan con un alto grado de organización.

Aquí entre en juego la ronda campesina, organización de la cual surgió el ahora depositado presidente Pedro Castillo.

La ronda campesina es una institución jurídica y política de la comunidad, que tiene su acta de nacimiento. Históricamente, la primera ronda se fundó en Cuyumalca, estancia contigua a la ciudad de Chota, a las 2 p. m. del 29 de diciembre de 1976. La ronda campesina es una institución comunitaria y es, como hemos escrito en varias ocasiones, la única institución comunitaria en el mundo que ha llegado a nivel nacional con posibilidad de participar en la política, también a nivel nacional. A través de un proceso histórico muy enredado, las rondas campesinas han logrado coordinar sus actividades y unirse en una organización nacional, la CUNARC, que celebra una asamblea nacional cada dos años, con sendas asambleas regionales. Como ejemplo de esas actividades coordinadas se puede mencionar que en este momento se encuentran un buen número de ronderos de la región de La Libertad y de otras regiones más alejadas, repartiendo víveres a los campesinos y estudiantes unidos en Lima. Han declarado que no se retirarán hasta que su presidente esté libre y hay perspectivas de una nueva constitución y elecciones.

La ronda campesina se ha destacado como la principal fuerza contra los abusos del estado, en sus manifestaciones y movimientos contra el abuso de las minas, tanto en el norte como en el sur.

Uno de los problemas que sí ha sido señalado es que si el movimiento de protestas no encuentra quién lo dirija, “sin esta dirección, ya sea de partidos o líderes políticos, la protesta justa, pero relativamente espontánea, poco a poco podría ir decayendo”. Nosotros pensamos que la ronda campesina representa el mayor peligro para el gobierno reaccionario, así como la más importante promesa para el movimiento popular.

La prueba de la solidez de la ronda campesina está en el hecho de que de la ronda campesina han surgido los últimos dos candidatos presidenciales progresistas: Pedro Castillo llegó a la presidencia en su calidad de rondero, igual que Gregorio Santos, otro líder de la ronda que dirigió su campaña presidencial desde la cárcel. •

Asamblea de ronderos, Cusco.  Leif Korsbaek & Marcela Barris LunaAsamblea de ronderos, Cusco. Leif Korsbaek & Marcela Barris Luna