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El libro La panza del Tepozteco es un vínculo personal con José Agustín, mi jefe, expresa Tino

Preparan la presentación de la edición conmemorativa de la obra // Al revisitarla, me dediqué a lo que me parecía más fantástico, cuenta el ilustrador

 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de febrero de 2023, p. a11

La panza del Tepozteco es una obra especial para los lectores de José Agustín y ocupa un lugar privilegiado en la vida de sus hijos. Además de ser la única novela escrita por el autor de la Onda dedicada a un público juvenil, también fue hecha en colaboración con uno de ellos, Agustín Ramírez Bermúdez Tino, cuando tenía 16 años. La tarea del adolescente había sido la de acompañar la fantástica historia de dioses mexicas con sus ilustraciones.

Fue un gozo rebotar a esos tiempos. La primera vez que lo ilustré, con los dibujillos en blanco y negro muy sencillos, fue en 92, cuando salió la novela. Mi jefe me invitó, contó en entrevista el ilustrador. Es un vínculo personal con mi jefe. Un apoyo que él me dio y que, para mí, fue muy importante, me conmovió que él quisiera impulsarme, motivarme para que me dedicara a las artes, señaló.

Esa fue la primera vez que colaboró con José Agustín, aunque más tarde trabajaría en otras ocasiones con el escritor y seguiría elaborando ilustraciones para algunas editoriales. Las imágenes con que acompañó a La panza del Tepozteco fueron resultado del constante contacto que fomentó el escritor con sus hijos, además de su propio interés por el mundo prehispánico.

Al revisar entre los libros de mi padre, enciclopedias, en cualquier libro que yo hallaba que tuviera referencias visuales de la iconografía o fotografías del arte azteca, su arquitectura, su escultura o los códices, describió Tino su preparación.

Luego de tres décadas, una edición conmemorativa de la obra de su padre ha permitido al ilustrador revisitar su trabajo. Estaban chistositos mis dibujos, había algunos salvables y tratamos de rescatarlos. En la nueva edición los retoqué por computadora, señaló Tino, quien ya antes había tenido la intención de rendir un homenaje al libro.

Quise hacer un homenaje

Sostuvo: “Ya había intentado hacer esto, como cinco años antes. Dije: ‘ya cumple 25 años La panza del Tepozteco’, y le propuse esto a mi hermano Andrés. La editorial donde trabaja es la que tiene los derechos de todas las obras de mi padre, casi todas. Yo quería hacer un libro ilustrado, me comentó que Random House no hacía ese tipo de libros. Me remitió a Sexto Piso, lo intentamos. Luego, para no tener problemas de derechos, iba a ser un cómic, una novela gráfica”, explicó Ramírez Bermúdez.

Sin embargo, el proyecto no llegó a concretarse sino hasta cinco años después a cargo de otra editorial. Entre los cambios más destacados que sufrió la obra están las modificaciones que Tino hizo a la parte visual. “Traté de que la acompañaran un poquito más, metimos más ilustraciones. El enfoque en los dioses, mi padre me pidió que no fueran imágenes literales, desde aquel entonces me dijo: ‘No ilustres al pie de la letra lo que yo estoy escribiendo’, de modo que por eso no aparecen los niños”, describió.

Foto
▲ Una de las ilustraciones de Agustín Ramírez Bermúdez, hijo del escritor, que integran el libro.

Aunque Tino quería que la edición conmemorativa de La panza del Tepozteco tuviera más color, los aspectos técnicos limitaron dichas aspiraciones. Me dediqué más a lo que me parecía más fantástico, lo que me permitía expresar simbolismos locochones más libremente, que eran los dioses, contó. Con nuevas herramientas a su disposición, el ilustrador pudo ver el trabajo de muchos ilustradores en torno a los dioses mexicas, pero la mayoría los pone muy mamados, como tipo superhéroes.

Ramírez Bermúdez ve en el libro una suerte de historia que condensa muchas de las aficiones cinematográficas de José Agustín. Tiene un poco de todo lo que a mi jefe le gustaba, lo que admiraba mucho de George Lucas o Steven Spielberg, sus persecuciones en las motos voladoras, los carritos en los túneles de las minas. A él le encantaba el manejo vertiginoso y frenético de la cámara, y entonces trató de reflejar todo tipo de sensaciones de una película de acción para chavitos, señaló.

Dibujos cósmicos

Esa estética también inspiró al ilustrador para cumplir con la petición de su padre. “Es tan ambiciosa la imaginería del libro, sobre todo en el rollo, al final, de los viajes intergalácticos que están muy influenciados también por 2001 y cosas de Kubrick. Ahí metí mis dibujos cósmicos inspirados en gente que me fascina como Moebius, y dije ‘a ver si esta vez logro que tenga más imágenes que acompañen al texto y que más o menos cuenten la misma historia’”, indicó.

Para Ramírez Bermúdez, el libro también transmite esa sensación de agilidad que tiene el cine. Mi jefe tiene su estilacho, y tenía el don, esa forma de escribir que, por ejemplo, también sucede con la tragicomedia mexicana que es otra cosa totalmente dura y realista. Él tenía su forma de pensar y de hablar que hacían el texto mucho más ágil, todas estas gracias, todos estos chistes, que hacían que algo tan terrible se volviera tragable. De reírnos un poco de todas estas tragedias.

Preparan la presentación de La panza del Tepozteco. Su autor, José Agustín, probablemente sólo asistirá como público, pues ya ha dejado de dar entrevistas y de hacer apariciones públicas. Se le celebra 30 años porque está cabrón aguantar tantas rediciones, entonces algo bueno ha de tener, destacó Tino.

La edición conmemorativa ya está disponible en librerías.