Protocolos de calidad
n un mundo globalizado es imposible competir a largo plazo si no se cuenta con la calidad necesaria. En todos los ámbitos de la economía se puede adquirir un bien o servicio una vez, pero si el producto no sirve o hace daño, no se vuelve a comprar.
El tema de la calidad es importante en cualquier industria, pero tiene mayor relevancia en aquellos sectores en que está en juego la seguridad, el bienestar y la salud, tales como el transporte, los alimentos o los medicamentos. Si algo falla en este tipo de bienes y servicios, los consumidores corren peligro en su integridad física.
Por ello, hay instituciones públicas, como la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios que obliga a instituciones públicas y privadas a mantener las mejores prácticas internacionales en sus ámbitos de competencia.
Otra institución relevante para minimizar riesgos de salud es el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria que otorga certificados tipo inspección federal a empresas que cumplen con normas de higiene y calidad en productos cárnicos.
Además, existen protocolos internacionales en materia de calidad, como la certificación ISO 37301, relacionada con el cumplimiento de normas globales, lo que genera certidumbre no sólo para los consumidores en México, sino para que las empresas puedan participar en otros mercados.
En el caso de nuestro país sólo hay un grupo que cuenta con esta última certificación y se trata de Corporativo Kosmos, de la familia Landsmanas, que a través de dos empresas, La Cosmopolitana y Serel, han pasado todas las pruebas de calidad en la materia.
Este grupo, con más de 50 años en el mercado, se encuentra entre las 100 compañías más grandes de México, moviliza diariamente hasta 800 toneladas de comida para más de 3 millones de personas y cuenta con cerca de 10 mil colaboradores especializados en la adquisición, procesamiento y distribución de alimentos.
Esta firma marca la pauta para que otras empresas logren las mejores prácticas internacionales que implican no sólo la calidad de los alimentos, sino temas éticos, de gestión de riesgos, de armonía laboral, de confianza entre sus clientes y de credibilidad en su operación.
Esperemos que pronto veamos a más firmas que cumplan con estos requisitos para generar mayor certidumbre entre consumidores.