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Llegan a Colotlán restos de las 3 mujeres; justicia, clamor de pobladores
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▲ Los restos de Viviana y Daniela Márquez Pichardo y el de su prima Irma Paola Vargas son velados en el polideportivo Tenamaxtli, a partir de ayer y hasta el mediodía del domingo, cuando está programada una misa previa al sepelio en el panteón local.Foto Arturo Campos Cedillo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 21 de enero de 2023, p. 21

Guadalajara, Jal., Los restos de Viviana y Daniela Márquez Pichardo y el de su prima Irma Paola Vargas, arribaron anoche al municipio de Colotlán donde los recibieron cientos de personas vestidas de blanco que portaron globos blancos y con un sentimiento de tristeza generalizada.

Los padres de las jóvenes, familiares y amigos acompañaron los restos que fueron trasladados en una camioneta del servicio funerario procedente de la ciudad de Zacatecas.

A su paso por las calles los presentes exigieron justicia y paz para la región ubicada en los límites de Jalisco y Zacatecas, la cual es asolada por la violencia, donde desaparecieron las tres muchachas y el prometido de una ellas.

El pasado 25 de diciembre, Viviana, Daniela, Irma y José Melesio Gutiérrez Padilla regresaban por la carretera federal 23 rumbo a Jalisco luego de festejar la Navidad en Jerez, Zacatecas, pero al pasar por Tepetongo, también en Zacatecas, ya no se supo más de ellos.

Las familias de los jóvenes desaparecidos y amigos se movilizaron parademandar a los gobiernos su búsqueda en ambos estados. Dieron a conocer que José Melesio era ciuda-dano estadunidense de padres originarios de Guanajuato y viajó a Jalisco para definir la fecha de su matrimonio con Daniela para este año.

Sin embargo, el 17 de enero las osamentas de las tres jóvenes fueron encontradas junto con el de un masculino –que aún se analiza si es de José Melesio–, semienterradas en el rancho Monte de la Presa Vieja, en la comunidad El Cuidado, municipio de Tepetongo, muy cerca de donde un día antes personal de la Guardia Nacional encontró dos vehículos abandonados, uno era la camioneta en el que viajaban las cuatro personas desaparecidas.

La noche del viernes, varios ve-hículos en caravana, escoltados por fuerzas federales y estatales, seguían a la carroza del Issste Zacatecas en la cual iban los féretros de las muchachas. El convoy recorrió 130 kilómetros de la capital zacatecana hacia Colotlán, Jalisco.

A su paso por los pueblos, miles de vecinos formaron vallas y caminaron junto al cortejo con cánticos, rezos, lágrimas y gritos de hartazgo ante la violencia desbordada, en una manifestación inédita por su dimensión y por el número de comunidades que se unieron para solidarizarse y pedir paz en toda la región.

Inseguridad y violencia en la carretera federal 23

En esa zona donde colindan ambos estados, sometida al menos desde 2020 a una violencia desmedida por la disputa territorial entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa, han asesinado o desaparecido a paramédicos, indígenas wixaritari y decenas de lugareños.

El año pasado obispos de ambos estados dijeron que habían sido detenidos por retenes de delincuentes, sin que fuerzas federales, estatales o municipales hicieran lo necesario para terminar con esa situación.

Anoche fue diferente, la carretera federal 23 sí fue segura, al menos durante lo que duró el paso del cortejo fúnebre, pues hubo una fuerte presencia policial que resguardó la caravana.

En Jerez, cientos de personas salieron al paso de la comitiva, la cual disminuyó la velocidad mientras anochecía. Luego pasó por el centro de Tepetongo, municipio donde ocurrió la desaparición y homicidio de las jóvenes, donde también cientos de personas salieron para acompañar al grupo y demandar paz y justicia.

El grupo de vehículos ingresó a Jalisco ya de noche y en Huejúcar nuevamente disminuyó la velocidad para que los pobladores mostraran su sentir por las víctimas. Al paso de la carroza, muchos habitantes arrojaron flores blancas.

Después, en Santa María de los Ángeles también gran parte del pueblo, pese al frío y que pasaban de las 21 horas, también salió a demostrar su indignación y tristeza, mientras repicaban las campanas del templo, se apagó la iluminación pública para que las veladoras marcaran el camino.

Finalmente llegaron a Colotlán con una caravana que creció con la incorporación de muchos automóviles de los pueblos por donde había pasado el cortejo.

El grupo se dirigió hacia el polideportivo Tenamaxtli, espacio público donde comenzó una velación que se prolongará durante todo el sábado y hasta el mediodía del domingo, cuando está programada una misa previa al sepelio en el panteón local.

Daniel Márquez, padre de Viviana y Daniela, quien junto con su esposa y los padres de Irma Paola, viajaron en un mismo automóvil todo el trayecto detrás de la carroza, declaró que sentía un inmenso dolor por lo ocurrido; pero que a la vez estaba tranquilo porque lograron encontrar a sus hijas, no como otras personas que desconocen el paradero de sus seres queridos.

También pidió paz y mostró esperanza de que la muerte de sus hijas servirá para que termine la violencia.