Sábado 14 de enero de 2023, p. 3
A partir de las preguntas ¿qué pasa después de un cataclismo? y ¿ cómo se vive la reconstrucción?, Rodrigo González creó la propuesta coreográfica Tsunami, como una metáfora de la devastación que afecta la vida de los seres humanos.
La obra se presentará del 19 al 22 de enero en el teatro Varsovia, y hace referencia a la forma de cohabitar en el mundo y las diversas formas de renovación que experimentan las personas ante situaciones adversas.
En entrevista, el coreógrafo y codirector de La Infinita Compañía, dijo que los momentos de catarsis son los que impulsan a las personas a superarse y volverse resilientes.
“Tsunami es una metáfora de todas estas situaciones que han venido a restructurarnos la vida. Se han presentado muchos cambios mundiales, y por eso realizo esta comparación con el desastre natural que arrasa todo, pero después de esa imagen aterradora del mar hay un panorama totalmente distinto, similar a lo que ocurre después de un cataclismo, como un terremoto, un tsunami o cualquier tragedia natural, como fue también la pandemia”, agregó.
El coreógrafo refirió que le interesa explorar qué sucede después de una tragedia y “cómo nos vamos a reconstruir como supervivientes. Tsunami es una palabra de origen japonés, y tengo presente a los nipones porque han vivido situaciones terribles; hemos visto que la vida continúa gracias a las personas que se encuentran en mejor condición.
Todo esto me llevó a pensar en los que sobrevivimos a la pandemia de covid-19, que fue una crisis muy dura. Un poco la metáfora que hago es en torno al miedo que existe en todos lados, se percibe en el ambiente y si el miedo a la muerte es un miedo natural, porque sabemos que todos vamos a morir en algún momento, y si no estamos en ese lugar nos toca continuar la vida y hay un proceso de reconstrucción.
Sobre el diseño de la pieza, en la que participan los bailarines Jennifer Rivera, Yaroslav Villafuerte, Edith Pérez, Norma Angélica Flores, Montserrat Payro y Diana Quiroz, González comparte que como parte de la exploración del movimiento se realizó un taller vinculado con la danza butoh, con otras formas de entender el movimiento y otros principios, aunque su propuesta es de danza contemporánea.
La finalidad fue entender los principios motores de ese baile, que no son necesariamente la musculatura o la arquitectura corporal que utiliza las técnicas en el ballet clásico o contemporáneo.
También recuperé algunas danzas tradicionales mexicanas con sentido ritualístico, cuyo principio no tiene que ver propiamente con la técnica. Es un movimiento que nace desde un lugar no muscular, no tan articular, incluso desde los órganos.
La edad de los bailarines que estrenarán Tsunami oscila entre 40 y 50 años, ya que González quizo explorar el movimiento con intérpretes maduros, porque tienen una conciencia diferente, una energía distinta sobre el manejo de las emociones
, concluyó el coreógrafo.
Con la dirección artística de Raúl Tamez y música de Alonso J. Burgos, Tsunami se presenta del 19 al 22 de enero en el teatro Varsovia (Varsovia 9, colonia Juárez).