Viernes 30 de diciembre de 2022, p. 15
El país es, por 14 años consecutivos, uno de los más peligrosos para ejercer el sacerdocio
, según el Reporte de incidencia de la violencia contra ministros, religiosos y laicos de la Iglesia católica en México, hecho por el Centro Católico Multimedial (CCM).
El análisis documenta las agresiones ocurridas desde 1990 a 2022, lapso en que 63 religiosos y nueve laicos fueron asesinados; en lo que va del sexenio suman siete víctimas.
Las administraciones con más clérigos privados de la vida son las dos anteriores a la actual. Entre 2007 y 2012 fueron asesinados 18 religiosos y entre 2013 y 2018 sumaron 23. Agrega que en 2022 ocurrieron cerca de 800 extorsiones, amagos y amenazas contra sacerdotes, principalmente los motivos de estos delitos están vinculados a fraudes y apropiación ilícita de recursos de las víctimas necesarios para el ejercicio de su ministerio
.
El estudio detalla que este año destacaron las denuncias públicas de obispos que señalaron que fueron impedidos en su derecho de circulación por retenes del crimen organizado
; entre ellos estuvieron José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, y los Sigifredo Noriega Barceló y Rafael Sandoval Sandoval, de Zacatecas y Autlán, respectivamente, quienes manifestaron haber sido detenidos.
Pagan derecho de piso
El CCM reporta además que algunas organizaciones criminales exigen derecho de piso a los párrocos, y que las cuotas podrían ascender a la mitad de las colectas que se recaudan, producto de fiestas patronales que son una fuente principal de recursos para muchas parroquias y comunidades católicas
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Entre 2018 y 2022 se registran alrededor de 24 agresiones semanales a templos y comunidades católicas
y entre éstas figuran los robos de bienes, hurto de alcancías y la apropiación de objetos que se estiman valiosos, entre los que se encuentran los del patrimonio cultural
.
En ocasiones, esos hurtos ocurren con violencia a fieles, contra encargados del cuidado a templos y sacerdotes
; también ha habido ataques con fines de profanación y agresiones directas a sacerdotes y líderes de comunidades católicas y asesinatos perpetrados contra clérigos por diversas causas, predominando las derivadas de sus acciones pastorales, seguida por el robo
, entre otras.