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Siguen cruzando por el bravo

Se entregan 258 migrantes a la Patrulla Fronteriza en Brownsville

Activista llama a donar ropa y cobijas para soportar heladas

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▲ Un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos observa a un grupo de migrantes que cruzan en un colchón inflable el río Bravo, de Matamoros, Tamaulipas, a Brownsville, Texas.Foto tomada de la página de la corporación en Facebook
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 23 de diciembre de 2022, p. 21

Matamoros, Tamps., Al menos 258 migrantes se entregaron o fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos entre el martes y miércoles, luego de cruzar el río Bravo a nado o en inflables a Brownsville, Texas, informó la corporación.

Detalló que se trata de familias que se encontraban en campamentos de Matamoros y en su desesperación cruzaron el cauce pese al riesgo que corren por las fuertes corrientes y la abundancia de lirio.

Gran esfuerzo de nuestros agentes, que durante los últimos dos días han estado manejando la gran afluencia de migrantes que entran ilegalmente, destacó la Patrulla Fronteriza en un comunicado.

Precisó que hasta ahora 258 extranjeros han sido detectados cerca del campo de golf de Fort Brown, en Brownsville; la mayoría son familias guiadas por adultos solteros de Venezuela, Colombia y Nicaragua. Grupos de migrantes de este tamaño no se ven comúnmente en esta área, apuntó.

Ayer continuaron los cruces de indocumentados, cansados de dormir a la intemperie, bajo plásticos o casas de campaña: además, carecen de dinero para comer, lo cual los lleva a cruzar el Bravo y quedar a disposición de la Patrulla Fronteriza.

En la última semana, Texas ha incrementado la vigilancia en las márgenes del cauce para esperar a los extranjeros, principalmente de Venezuela, Haití y El Salvador, a quienes por protocolo canaliza a un centro de procesamiento en lo que se definen tiempo y forma de su deportación.

En el nuevo campamento de migrantes en Matamoros, el cual se instaló hace unos 15 días, viven alrededor de 3 mil personas sin servicio alguno. En la margen mexicana del Bravo los extranjeros no tienen electricidad ni agua potable, duermen en el piso, bajo los arboles o en casas de campaña; cocinan con leña y defecan y orinan en el río, donde también se bañan.

Los migrantes no quieren alejarse del llamado bordo con la esperanza de que de un momento a otro finalice el Título 42 y puedan llevar su proceso de asilo humanitario en Estados Unidos.

El activista por los derechos de los migrantes Abraham Barberi, quien entre miércoles y jueves repartió mil kilos de arroz y frijol entre los indocumentados, dijo que urgen cobijas y ropa de invierno para que soporten las temperaturas extremas pronosticadas para el fin de semana.

Ellos no quieren salir del campamento, aquí se van a quedar; entonces hay que procurarles condiciones para que estén abrigados, por lo menos los niños. Es importante que se les siga apoyando.

Recordó que durante 2019 la crisis migratoria llevó a unos 7 mil extranjeros a vivir a la orilla del Bravo en Matamoros y entonces las autoridades federales apoyaron con renta de techumbres y sanitarios portátiles.

Fue notoria entonces la participación de organizaciones religiosas y de activistas que diseñaron un sistema de ayuda que funcionó para alimentar y vestir a los extranjeros que permanecieron hasta que al inicio del gobierno de Joe Biden se permitió el ingreso de casi todos a territorio estadunidense.

Además de quienes habitan en el nuevo campamento, hay grupos de haitianos concentrados en el primer cuadro de Matamoros, donde se han apropiado de casas y negocios abandonados.

La población fronteriza ha comenzado a repartir ayuda; este jueves, un grupo de regidores y voluntarios realizaron una posada para niños migrantes refugiados en el centro Deportivo Eduardo Chávez. Además de llevarles pastel y piñata, los llevaron a pasear en un camión de bomberos.

El gobierno municipal propuso trasladar durante la contingencia climática a los migrantes al viejo edificio de seguridad publica ubicado en carretera Sendero Nacional, pero los extranjeros prefieren estar cerca de los puentes internacionales.