Sufrió violación
Su proceso estuvo plagado de anomalías, señalan abogadas
Sólo Dios supo cómo nos ayudó. Desde hace tres años que no veía a mi hija y hoy siento que volvió a nacer.Foto La Jornada
Miércoles 21 de diciembre de 2022, p. 29
Chilpancingo, Gro., A las 21:30 horas de ayer fue liberada la indígena nahua Aurelia García Cruceño, originaria de la comunidad de Xochicalco, municipio de Chilapa de Álvarez, encarcelada desde 2019 en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Tuxpan, acusada de homicidio en grado de parentesco luego de que sufrió un aborto espontáneo.
García Cruceño, de 23 años, fue recibida con porras y gritos por mujeres feministas que se encontraban fuera del penal y por sus padres.
En 2019, la joven nahua, entonces de 19 años, fue violada varias veces por un hombre 25 años mayor que ella; era un funcionario comunitario en Xochicalco, a quien por miedo no denunció, y ante el temor de ser castigada por su familia huyó de su pueblo sin tener la certeza de estar embarazada.
En octubre de ese año, debido a la desnutrición y la falta de atención médica, tuvo un parto involuntario. Al llegar a un hospital en Iguala, donde se refugió con una tía, los médicos que la atendieron la denunciaron ante las autoridades.
Aurelia García fue detenida y trasladada al Cereso por presuntamente asesinar a un recién nacido, según la acusación de la Fiscalía General del Estado (FGE).
En noviembre de 2022, una juez resolvió que Aurelia García era un riesgo para la comunidad
y la sentenció a 13 años y cuatro meses de prisión debido a que fue obligada a aceptar su responsabilidad en un procedimiento abreviado.
Las abogadas de la joven, Verónica Garzón Bonetti y Ximena Ugarte Tranga, manifestaron que presentaron tres pruebas de desahogo a favor de su defendida: el testimonio del paramédico, una pericial de antropología social y otra de medicina forense.
Anoche la juez de control del distrito de Iguala, Hidalgo y Alarcón, Mariela Alfaro Zapata, emitió el falló a favor de García Cruceño, quien abandonó el Cereso de Tuxpan, ubicado en las inmediaciones de la ciudad de Iguala.
La recibió su padre, Alberto García, quien la tomó de la mano y expresó: Ojalá todas las mujeres indígenas encuentren a alguien que les ayude y puedan quedar libres
.
La mujer agradeció en su lengua materna a todas las personas que le ayudaron a recobrar su libertad. Ahora toca estudiar y espero lograr mis sueños
. Uno de ellos, dijo, es ser maestra bilingüe para dar clases a niños indígenas. En estos tres años en la prisión aprendí a hablar el español; ya salí y aprendí mucho. Les agradezco a todas
.
Apenas en noviembre pasado Aurelia tuvo acceso a un traductor, y de acuerdo con sus abogadas su proceso estuvo lleno de anomalías.
Su defensa manifestó que la FGE no logró probar los extremos de su teoría del caso. Las abogadas interpusieron una apelación y una magistrada ordenó que se repusiera el procedimiento. La noche del martes esto se hizo realidad y la jueza Mariela Alfaro Zapata ordenó que fuera puesta en libertad.
El 15 de diciembre, la titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, Fabiola Alanís Sámano, participó en Chilpancingo en un acto privado, encabezado por la gobernadora Evelyn Salgado, pero no se abordó este caso; sin embargo, se afirmó que la violencia contra las mujeres en el estado ha disminuido.
En su conferencia matutina del martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a que obtendría información sobre el proceso de la indígena Aurelia García, y que en caso de que no saliera en libertad plantearía el caso al Poder Judicial.