Triunfo para el pueblo latinoamericano, expresan
Lunes 19 de diciembre de 2022, p. 5
Nada es más contagioso que la alegría. Había que ver a una multitud albiceleste intoxicada de felicidad en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México, en un carnaval improvisado de genuino entusiasmo por algo que han presenciado por fin, algo que pertenecía a su mitología identitaria, pero que no habían vivido. Los millones de argentinos en su país o los miles adonde sea que lleven su argentinidad sabían de Maradona, de los dos Mundiales, pero pasados 36 años sin título y, sobre todo, vieron a Messi ser un grande sin Copa del Mundo; por eso la emoción ayer se les salía del cuerpo en donde sea que estuvieran.
Esta columna de la Independencia donde se han celebrado las escasas victorias de la selección mexicana fue entonces como un monumento hermano del Obelisco, ese símbolo vertical que se levanta en la avenida 9 de Julio en Buenos Aires, y la fiesta albiceleste se armó en el corazón del Paseo de la Reforma.
Si cada acontecimiento memorable tiene un himno, el de este campeonato es Muchachos, la canción paráfrasis de un tema de la banda argentina La Mosca Tse Tse: Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar. Quiero ganar la tercera. Quiero ser campeón mundial, coreaban centenares de chicas y chicos, gente madura, niñas y niños, en azul celeste y blanco, con banderas como capas y los colores nacionales de ese país más brillantes que nunca pintados en los rostros sonrientes.
El que no brinque es Mbappé, el que no brinque es Mbappé
, se coreaba, como joda
decían, porque así se celebra en el futbol. Y de ahí otra vez al Muchachos y otras estrofas que les arrancaban lágrimas, a saber qué imágenes y recuerdos que se les escurrían en ese llanto. En Argentina nací, tierra del Diego y Lionel, de los pibes de Malvinas, que jamás olvidaré. No te lo puedo explicar, porque no vas a entender, las finales que perdimos, cuántos años las lloré, cantaban con un sentimiento que erizaba la piel.
A veces sobresalían los tambores que retumban en las gradas. Otras todos alentaban con saltitos y la mano que sube y baja, ese ademán tan argentino como el propio futbol. Es el aguante
, precisan unas chicas cordobesas; eso es lo que estamos viviendo, el aguante es la historia de Messi y de la Argentina
.
Porque es una estrategia de supervivencia, es el coraje para resistir adversidades, para sobreponerse cuando las cosas van mal, cuando todo parece irse al carajo en la cancha, en el país o en la vida. Es lo que revela al verdadero hincha, al ser humano.
Yo creo que este triunfo es tan celebrado por todo lo que tuvo que pasar para que Messi ganara un campeonato del mundo
, explica Javier Marcelli, un joven de La Plata que vive desde hace años en Iztacalco; su pequeño bebé Nahuel es ya argen-mex.
La Copa la gana el pueblo. Primero el argentino, que está sufriendo mucho, pero también el latinoamericano. Esto no tapa el problema económico, pero será una alegría para terminar un poco mejor el año. Es importante que el triunfo sea sobre Francia, porque los latinoamericanos la sufrimos siempre y los europeos no, así que esto nos hermana a todos en América Latina. Eso es lo más lindo de todo
.