Domingo 18 de diciembre de 2022, p. 8
A fin de abatir los mitos que aún existen sobre los videojuegos, como que son adictivos, afectan las habilidades cognitivas, disminuyen la socialización, son sólo para varones y propician comportamientos violentos y fracaso escolar, la Secretaría de Salud y la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) lanzaron el Manual informativo y de orientación sobre el uso casual y problemático de los videojuegos.
Dirigido a usuarios (incluidos niños y adolescentes), padres, tutores y población en general, el documento define el uso casual
de un videojuego cuando tiene el fin de entretener e incluso si se busca remuneración monetaria, pero sin generar problemas en la vida cotidiana, como las actividades escolares, laborales, familiares o de pareja, es decir, que su práctica pueda mantenerse al límite sin que sea la única actividad del día
.
En contraste, el uso problemático
se presenta cuando se incrementa su frecuencia, así como dificultad para controlar su práctica, desplazando el resto de las actividades como dormir, alimentarse, tareas escolares, ir al trabajo o interactuar con la familia. Además, se asocia con síntomas de irritabilidad, enojo y ansiedad.
La Ssa y la Conadic destacan las ventajas del uso casual de videojuegos para resolver emociones poco placenteras como la frustración, mejorar la capacidad de atención, toma de decisiones informadas, generar objetivos y desarrollar planes para alcanzarlos, fortalecer el razonamiento y la concentración, adaptación a las circunstancias del entorno y desarrollo del cálculo mental, entre otros. Sin embargo, alerta que el uso problemático y no supervisado puede generar sedentarismo, malos hábitos alimenticios, problemas de sueño y aumento de síntomas de ansiedad o depresión.
A ello se suma el riesgo de bajo rendimiento escolar, aumento de errores en la ejecución de tareas por la excesiva respuesta a estímulos, además de que eleva el riesgo de ser víctima de abusos en la red y tener gastos excesivos.
Las autoridades sanitarias alertan que los principales factores de riesgo para el uso problemático son baja autoestima y estimulación social, soledad, inadecuado soporte familiar, conflictos familiares, pobreza de apoyo sicosocial, crianza permisiva y acoso escolar.