El ingenio como recurso nacional
omparar a México con Estados Unidos es un ejercicio muy doloroso para los mexicanos. No hay ningún rubro importante relacionado con el bienestar en el que estemos en una situación, no digamos de igualdad, sino de cercanía, según datos proporcionados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), índice generalmente confiable y de reciente publicación.
Por lo que toca al ingreso familiar, en México el ingreso promedio per cápita es de 16 mil dólares anuales, mientras en Estados Unidos, el ingreso familiar promedio es de 51 mil dólares al año.
En el rubro del empleo, alrededor de 59 por ciento de mexicanos de 15 a 64 años tienen un trabajo remunerado; por lo que toca a Estados Unidos, alrededor de 67 por ciento de las personas de la misma edad tienen empleo remunerado. En lo relativo a la educación, en México, 42 por ciento de adultos han completado la educación media superior. En Estados Unidos, 92 por ciento de ellos ha terminado su instrucción en ese mismo nivel, cifra mayor que el promedio de la OCDE, de 79 por ciento.
Cuando a personas de ambos países se les pidió que calificaran su satisfacción general con la vida en una escala del 0 al 10, los mexicanos le dieron una calificación de 6, mientras los ciudadanos de Estados Unidos le dieron una calificación promedio de 7, cifra mayor que el promedio de la OCDE, que es de 6.7.
En el campo del respeto al estado de derecho, México se encuentra en el lugar 115, de acuerdo con el Índice Global de Estado de Derecho del World Justice Project (WJP), dado a conocer el pasado 26 de octubre. Por su parte, Estados Unidos se colocó en el lugar 26.
Lo más grave no son estos números desfavorables, sino que las élites mexicanas parecen empeñadas en seguir el modelo estadunidense, aun en detalles mínimos, y están obsesionados con estas comparaciones sin poner el énfasis en aquellos aspectos de bienestar que son donde la vida mexicana puede tener alguna comparación positiva.
Sería interesante atender las opiniones de Guillermo del Toro, que exalta el ingenio de nuestro país como una prenda. Estamos lejos de haber aprovechado la riqueza de nuestro ingenio, pero creo que el camino no podría ser otro.