Sin darle el uso de la voz al subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, el presidente Andrés Manuel López Obrador puso fin a la polémica desatada por la elección del abanderado de Morena al gobierno de Coahuila.

En la mañanera, aseveró que su colaborador –que aspiraba a esa candidatura y que hace unos días desconoció la encuesta de elección– aceptó los resultados del ejercicio, el cual dio por triunfador al senador Armando Guadiana.

Con mucha responsabilidad, con mucha madurez me expresó (Mejía) que la decisión que se tomó a partir de las encuestas en el partido al que pertenecemos los dos, la aceptaba. Entonces, es un ejemplo Ricardo, apuntó el mandatario; mientras el aludido permanecía a su lado, de pie, con semblante adusto, asintiendo con la cabeza y sin decir palabra.

El episodio se dio cuando se había dado por concluida la conferencia en Palacio Nacional y López Obrador abandonaba el recinto. En el momento que pasaba junto a Mejía, se escuchó un grito preguntando sobre la controversia por el tema Coahuila, donde el próximo año se renovará la gubernatura.

El jefe del Ejecutivo regresó al atril y remarcó: Eso sí es importante que yo se los diga. Y pidió al funcionario acercarse: ¡Ven!. De inmediato, Mejía atendió la indicación y el Presidente posó su brazo izquierdo sobre la espalda de éste.

Va a continuar Ricardo como subsecretario de Seguridad Pública, nos ayuda mucho, le tenemos toda la confianza, pero además me va a representar en Coahuila, porque tenemos proyectos que son muy importantes para el pueblo de Coahuila, como Agua Saludable en La Laguna, dar una salida a la situación de Altos Hornos de México y seguir con la estrategia de seguridad. Aunque el mandatario no aclaró de qué manera, si en algún puesto o desde qué área operaría el funcionario para tal objetivo.

Los reporteros insistieron en escuchar a Mejía, pero el Presidente puso un alto: Ya más no les voy a seguir diciendo. ¡Ya!. Seguido de eso, ambos se retiraron del salón Tesorería.