Jazz Book: letra y solfa
ué buena idea hacer convivir música y poesía, como sucede en el Festival Jazz y Literatura. La iniciativa es de los hermanos Alberto y Edgardo Aguilar, quienes, a través del Centro Cultural El Convite, han puesto en marcha una serie de conciertos en cuatro de las principales librerías del Fondo de Cultura Económica, con la participación de buenos músicos y destacados escritores. La primera actividad fue en la librería Rosario Castellanos el pasado 9 de este mes con un concierto a cargo del poeta náhuatl Mardonio Carballo y el jaranero huasteco Andrés Peña.
Fue un recital exquisito en el que los versos de tierra y viento, del buen Mardonio, se acompañaron con sonidos de la huasteca del joven Peña, quien no sólo tocó la jarana y quinta huapanguera sino también bailó y taconeó en algunos momentos
Con su manera de decir y hacer poético, Mardonio alborota el entusiasmo de la concurrencia que en todo momento le demuestra afecto y empatía con aplausos y exclamaciones de júbilo, pero parece haber una interrogante porque no es jazz lo que hace. ¿Entonces?
“Sé que no es jazz en el estricto sentido de lo que se conoce como jazz –nos dice–. Lo que hago en este caso es un experimento con el huapango, como los que he hecho en otros momentos con el pop o música experimental. Pero, ¿quién define lo que es jazz exactamente? –pregunta y argumenta–: El jazz es una música inabarcable, virtuosa y todo eso tiene el huapango; también mucho de jazz; es nuestro jazz campesino porque establece una mecánica musical libre y una fórmula poética precisa que nos dan momentos propicios para improvisar. Si pensamos en la palabra, en la función y utilidad de la palabra, desde que el mundo es mundo el sonido que lo ha movido es el de las palabras. Por medio de ellas nos comunicamos, pero también hacemos música. Si pensamos en Homero, en La Iliada, en El cantar de los cantares, todo es canto, todo es música.
Uno se olvida de pronto de que la palabra es música, que la forma de articular los nombres del mundo se aglutina bajo códigos específicos que aprendimos a decodificar. Me parece importante, en un momento donde hay exabruptos por todos lados, utilizar la palabra como instrumento de los seres humanos para no matarnos, para amarnos o, al menos, en la confrontación de las ideas encontrar un espacio
, concluye Mardonio, satisfecho de su encomienda y los resultados.
Así, esta locura llamada Jazz Book avanza, alejado del maistream y las ortodoxias musicales, luego de su exitosa edición cero en 2010, en la que más de dos mil personas disfrutaron conciertos gratuitos de jazz con los músicos más importantes de la escena contemporánea.
El jazz sigue cobrando fuerza en la Ciudad de México y en todo el país
, asegura Alberto Aguilar, chef y socio fundador de El Convite, restaurante y centro cultural. Desde El Convite hemos visto nacer y crecer a muchos artistas y bandas, y estamos seguros de que hay una generación que está creciendo con el jazz en la mente y en los oídos.
Con su hermano Edgardo y cómplices como los maestros Germán Palomares, Raúl de la Rosa y el fotógrafo Fernando Aceves, Alberto ha logrado activar una gran expectativa en torno a sus propuestas. En los últimos años, El Convite se ha eregido como dedicado promotor del jazz en la Ciudad de México.
Uno de los aspectos relevantes del Jazz Book en su séptima edición es que todos los conciertos se están grabando en vivo por Capital 21 TV para ser transmitidos posteriormente en esta frecuencia.
Tras la presentación del artista escénico y vocal, compositor y productor musical Juan Pablo Villa, el miércoles pasado, el Jazz Book continúa este miércoles 23 en la librería Daniel Cosío (avenida Universidad 985, colonia Del Valle), con la participación de la cantante y compositora, pionera del live looping en México Leika Mochán, concluyendo con Trompo Trío (Ulises Martínez, Jorge Cortés y Leonardo Soqui) en el Centro Cultural Elena Garro el día 30.