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Gasolina y diésel: baja importación // Productiva inversión en refinerías // Autosuficiencia se logrará en 2023

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▲ Detalle de la refinería Francisco I. Madero, en Tamaulipas, que elevó su producción a casi 70 por ciento de su capacidad instalada.Foto Marco Peláez
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e unos pocos años para acá México ha logrado reducir sustancialmente su dependencia del mercado externo de combustibles –el estadunidense, en grado sumo–. Contraria a la práctica del régimen neoliberal de importarlos al por mayor (la cuota llegó a ser de hasta 800 mil barriles por día sólo de gasolinas) a la par de condenar a muerte al Sistema Nacional de Refinación, la política de la presente administración ha sido la de revivir tal sistema y aumentar la producción interna.

Allá por noviembre de 2018, cuando el régimen neoliberal preparaba maletas, México importaba alrededor de 80 por ciento de las gasolinas y el diésel que consumía el mercado interno. Fueron Carlos Salinas –en el caso de las primeras– y Ernesto Zedillo –en el del segundo–, quienes abrieron las puertas de par en par para la llegada de combustibles externos. En paralelo, las seis refinerías existentes por aquellos ayeres (la más joven de 1979) prácticamente no eran más que bodegas de fierros viejos, pero excelentes pretextos para robar a manos llenas.

El régimen neoliberal sostenía que refinar combustibles en el país no es negocio, pero sí un desperdicio de recursos públicos, por lo que decidió importarlos en proporciones crecientes, con la consiguiente sangría de recursos que quedaron en manos foráneas, puesto que para ellas sí era un jugosísimo negocio.

Este rápido paseo temático viene a colación, porque ayer el presidente López Obrador detalló que al llegar a Palacio Nacional las destartaladas refinerías mexicana estaban produciendo a 38 por ciento de su capacidad; ahora deben estar ya produciendo a 65-70 por ciento, casi el doble, por lo que se ha invertido en la rehabilitación de plantas, porque el plan era dejar que se convirtieran en chatarra, como convirtieron en chatarra toda la industria petroquímica, una lástima, todos estos corruptos irresponsables, tecnócratas.

Las cifras del Sistema de Información Energética (SIE) de la Secretaría de Energía revelan que al cierre de noviembre de 2018 (el último mes de estancia en Los Pinos del régimen neoliberal) el promedio de importación de gasolinas en ese periodo fue de 614 mil barriles por día y de 262 mil en el caso del diésel.

Casi cuatro años después (con cifras al cierre de septiembre de 2022) la importación promedio de gasolinas fue de 391 mil barriles por día y 171 mil barriles de diésel, es decir, una reducción de 36 y 35 por ciento, respectivamente. Incluso, las cifras del SIE revelan, por ejemplo, que en febrero del presente año el promedio de adquisición de gasolinas fue de 296 mil barriles por día y de 86 mil barriles de diésel. En este sentido, el presidente López Obrador estima que al final de 2023 nuestro país alcanzará la autosuficiencia en la producción de combustibles.

Ayer detalló cómo se logrará lo anterior: se están rehabilitando las seis refinerías que teníamos; hasta ahora, debemos haber dispuesto del presupuesto para su rehabilitación alrededor de 40 o 45 mil millones de pesos; para las seis, esto es Salina Cruz, Minatitlán, Tula, Salamanca, Madero y Cadereyta.

Además, México adquirió la refinería de Deer Park, en Texas, de la cual la trasnacional Shell poseía 51 por ciento de la propiedad y Petróleos Mexicanos (Pemex) 49 por ciento. Ahora esa refinería es 100 por ciento mexicana; costó 600 millones de dólares y con las utilidades de un año se pagó. O sea, ya son siete refinerías.

También se construyó la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, de tal suerte que el número se eleva a ocho. Se terminó y se va a empezar a poner a prueba. Es una gran refinería, de las mejores del mundo, también construida a un precio muy bajo en tres años y en ella se procesarán 340 mil barriles diarios de gasolinas y diésel. Estamos construyendo dos plantas coquizadoras, una en Tula, Hidalgo, y otra en Salina Cruz, Oaxaca, con una inversión de 150 mil millones de pesos.

Algo más: mayor inversión para ampliar la producción de gasolinas de alto octanaje en la planta de la Cangrejera, en Coatzacoalcos, Veracruz; se trata de un tren de refinación; no me va a tocar inaugurarlo, pero va a quedar ya prácticamente terminado.

Las rebanadas del pastel

Lo utilizan como punta de lanza para guerrear contra Rusia, pero Washington y la OTAN ya no saben qué hacer con las estupideces que cotidianamente dice y hace Volodymir Zelensky. Pues bien, una buena idea es ponerle un bozal.