as revelaciones de que tres miembros latinos del concejo municipal de Los Ángeles, en reunión privada, discutieron cómo ampliar su poder a costas de otros grupos de color ha estremecido la ciudad. Que un grupo discuta cómo expandir su poder y ampliar sus distritos no sorprende. Lo que sorprende fue el vil racismo, la actitud antinegra, anticentroamericana, antindígena y homófoba que expresaron estos llamados líderes latinos
que llegaron al poder prometiendo encarnar una nueva cultura política, donde todos los residentes de la ciudad serían representados y en el cual se inauguraría una nueva era de transparencia.
En sus campañas, prometieron dejar atrás los acuerdos secretos a puerta cerrada con los grupos de poder que antes dominaban el consejo municipal de Los Ángeles.
En grabación realizada secretamente en octubre de 2021 en las oficinas de la federación laboral (AFL-CIO), divulgada esta semana, en plena campaña electoral para alcalde de la ciudad, los tres concejales Nury Martínez, la primera latina electa presidente del Consejo Municipal de los Ángeles, los concejales Kevin de León y Gilberto Cedillo y Ron Herrera presidente de la agrupación sindical más grande de la ciudad, hablan despectivamente de afroestadunidenses, oaxaqueños, centro americanos, asiáticos, la comunidad LBGT+, e incluso la población judía y armenia de Los Ángeles.
En la forma más ofensiva posible, se refieren al hijo adoptivo afrodescendiente de un concejal blanco como changuito,
y agregan que el concejal Mike Bonin lo utiliza como una prenda,
de la misma forma que Nury Martínez emplea su cartera Louis Vuitton.
Por si fuera poco, describen a Bonin, quien es gay, como prostituta
. Agrupan a sus colegas en el consejo municipal como los que consideran aliados de los negros
o los aliados de los latinos
. Describen al fiscal de la ciudad, que es de descendencia cubana, como aliado de los negros
. Su vil lenguaje no se limita a afrodescendientes. Refiriéndose a la comunidad oaxaqueña, se pregunta quiénes son esos chaparritos feos
que llegaron sin zapatos
y ahora se creen ciudadanos, merecedores de representación. Hablan igual de centroamericanos, judíos y armenios.
Las reacciones a esta grabación no se han hecho esperar; tampoco las consecuencias. Todos los sectores políticos de la ciudad han denunciado las posturas racistas y homófobas de los concejales. Nury Martínez ya renunció su cargo como presidente y miembro del consejo municipal. Herrera, director de la federación laboral, también dimitió a su puesto. En junio de este año Cedillo perdió su escaño y en diciembre será remplazado. Cuando De León y Cedillo trataron de asistir a la última reunión del consejo, manifestantes los obligaron a retirarse. Grupos comunitarios continúan exigiendo que los tres concejales renuncien de inmediato. Con una visita programada a Los Ángeles, hasta el presidente Joe Biden ha exigido que los tres concejales renuncien de inmediato.
El consejo municipal de Los Ángeles siempre ha sido centro de controversia. En varias ocasiones dueños de intereses inmobiliarios han sobornado a varios concejales. Dos de sus miembros, José Huízar, latino, y Mark Ridley Thomas, afrodescendiente, enfrentan cargos por corrupción y han sido suspendidos de sus cargos. Lamentablemente, los comentarios hechos por los concejales latinos no son actos aislados, representan la cultura política que siempre ha prevalecido en los centros de poder. Lo imperdonable es que, en vez de denunciar esa cultura, los concejales latinos incorporaron y reprodujeron sus peores características.
A raíz de las acciones de estos tres individuos, el consejo municipal de Los Ángeles y toda la ciudad enfrenta una aguda crisis. Los comentarios racistas deshacen décadas de esfuerzo por crear solidaridad entre las comunidades de color, sindicatos, y otros sectores excluidos en Los Ángeles. Cedillo y De León habían sido participes de los movimientos sociales que habían definido el poder latino en Los Ángeles. Por su parte, Cedillo había sido un importante impulsor de los derechos de inmigrantes, especialmente las licencias de conducir para inmigrantes. Sus comentarios racistas han producido una herida que tardará años en cicatrizar.
La grabación deja al descubierto las limitaciones del llamado poder latino, o cualquier poder étnico que no representa una agenda progresista, que no reta a los poderes fácticos de la ciudad y que sigue viendo la política como un juego de cero suma. La comunidad latina representa casi 50 por ciento de la población de Los Ángeles y con la pérdida de tres concejales tendrá que reconstruir un nuevo liderazgo. Pero la premisa del supuesto poder latino no puede depender de reducir el poder de otros grupos sociales, sino de cómo mejorar condiciones para todos en la ciudad de Los Ángeles.
* Profesor de Estudios Latinoamericanos, Pomona College
Twitter: @mtinkersalas