Pumas CU y Águilas Blancas se reportaron listos y motivados para rencontrarse el sábado en el estadio Olímpico Universitario, en el que destacaron como el mejor juego del país, el clásico del futbol americano estudiantil que desde 1936 han enfrentado los equipos representativos de liga mayor de la UNAM y el IPN.

Lo que voy a hablar con las cabezas güeras (novatos) es que lo disfruten como si no hubiera un mañana, porque este partido es una bendición; que sientan ese nervio, ese amor, ese orgullo, porque así se juegan estos duelos; el ambiente es diferente, todo lo que respiras es único. Y que disfruten cada jugada, cada yarda, cada aparición y cada goya; también los huélums, pero los goyas más, asentó Diego Pareyón, capitán de los auriazules, quien al igual que Emmanuel Cajiga, líder de los guindas, concluye esta temporada su elegibilidad colegial y ambos vivirán su último Poli-Pumas.

Habíamos hablado de no decir el término último, pero es el siguiente clásico y realmente me emociona muchísimo. Estoy muy feliz de volverlo a revivir, de estar una vez más en la catedral del futbol americano, en este maravilloso juego, que es el mejor de todo el país, recalcó Pareyón.

Siempre es un placer jugar en este gran inmueble. Es algo que me llena de emoción, toda esta semana y todo el año vivo con la emoción de volver a vivir un clásico, y qué mejor contra el equipo representativo de la UNAM. Este es el verdadero; estamos muy emocionados por el gran duelo, agregó Cajiga.

Revivir este partido después de todo lo acontecido durante la pandemia, hoy podemos disputar el mejor juego que existe en la nación, donde se pone el orgullo y la pasión. Independientemente de la clasificación, aquí lo importante es el honor de cada una de las instituciones, resaltó Enrique Zárate, entrenador en jefe de los politécnicos.

Nos sentimos contentos y hacemos un llamado a cada uno de los aficionados a que exista un buen comportamiento para que este encuentro se siga realizando a puerta abierta. Es motivante para los jugadores, para nosotros como formadores, el poder tener a toda la afición entonando un huélum o un goya. Es realmente algo que nos vuelve felices y también a los seguidores, anotó Zárate.

José Luis Canales, entrenador de los anfitriones, recordó que desde el último clásico en 2019 han pasado muchísimas cosas, así que esperemos que sea una gran fiesta familiar. Una vez más ver nuestro estadio lleno, pintado de azul y oro y del otro lado de rojo y blanco. Cada año es diferente, es totalmente vivencial, no se puede explicar.

Se esperan 30 mil aficionados en el juego al que Pumas y Águilas Blancas llegan muy parejos en la temporada regular, con récord de cuatro ganados y un perdido, ambos ante los Borregos de Monterrey.