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Ciudad perdida

Fin de semana decisivo en Morena // Adónde irán los votos del PRI y del PRD // Sacar a tribus del partido guinda // Las encuestas en la CDMX

E

ste sábado, allá por los rumbos de la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca, Morena habrá de celebrar su Congreso Nacional en momentos en los que las aguas de la política partidista en el país están más que agitadas.

Independientemente de lo que pueda suceder en ese encuentro, este tiempo se antoja como una oportunidad para que se inicie la trasformación que permita una nueva alineación con la finalidad de dar al ciudadano la seguridad de que su voto será para apoyar una idea con la que está de acuerdo.

El asunto es que hoy, cuando se sufraga por el PRI, se apoya al PRD –que ya no significa nada– o al PAN, y el ciudadano, más tarde, se siente defraudado; es decir, si algún distraído supone que al votar por el partido del sol azteca se alinea a la izquierda, se equivocó: su voto ira directo a la derecha. Lo mismo pasa si se hace por el tricolor.

Entonces, para bien del ciudadano es menester que ya se inicie la restructuración de los organismos políticos que hoy huyen de esa posibilidad para no perder los recursos que les proporciona el INE, por más que sus formas de trabajo se den la mano.

Así las cosas, para el sábado ya se tendrá mayor claridad de lo que va a ocurrir con la alianza opositora. Para el PRI, en el discurso, debe permanecer y la necesidad de sobrevivencia obliga a unos y otros a conservar esa unión malsana con las banderas que portan hasta hoy, o sea, juntos pero no revueltos. El PAN sabe a la perfección que la única posibilidad de crecer es con los números de los otros y el PRD sólo busca seguir en la nómina del INE por un rato más.

Por eso, para Morena se presenta la posibilidad de dar el toque inicial a otras formas de vivir al organismo político. Ya no hay lugar ni forma para aquello del partido en movimiento desde donde se pretendía hacer caso omiso a las definiciones ideológicas, lo que ha dado como resultado la adhesión de muchos personajes totalmente contrarios a las definiciones que plantea la 4T.

Nadie espera grandes sorpresas para el sábado, por el contrario, lo único que se ve en el panorama es la visión cupular del triunfo, sin el recuento –necesario–, de los problemas, y el anuncio de las soluciones que es lo que debe trabajar la dirigencia de ese partido, pero pese a ello el reconocimiento de las fallas, sobre todo en los procesos internos, la imposibilidad de arrancar de raíz la vida de las tribus y las indefiniciones ideológicas que dejan sin defensa a Morena, serán un tema que hoy o mañana se tendrá que abordar.

Por eso se tienen que impedir el engaño y el fraude, además de construir el andamiaje por donde transiten nuevas formas de hacer política en el país; estas son tareas que debe emprender Morena. Sin ese cambio, la transformación prometida no irá a ninguna parte y un día u otro se volverá en contra de quienes hicieron el compromiso de llevarla a cabo e impulsarla. Ya veremos.

De pasadita

Por cierto, más vale echarle un ojo a las encuestas rumbo a la elección de jefe de Gobierno en la Ciudad de México. Hay quienes aseguran que los nombres que se manejan en ellas son los que estarán en la contienda, y a lo mejor tienen razón, porque se han ido decantando conforme pasa el tiempo.

También los números han cambiado. Martí Batres, por ejemplo, ha ido en un sube y baja constante; unsa veces aparece bien colocado y otras apenas figura. Pero en fin, el asunto ya está a la vista de todos y como se dice en el ámbito deportivo: la moneda está en el aire.