Opinión
Ver día anteriorSábado 13 de agosto de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y sociedad

Soberanía y seguridad nacional

L

a mejor manera de bloquear el desarrollo de México es erosionando su infancia, porque es el recurso estratégico número uno para cualquier país. La pobreza temprana es la peor forma de condena. Significa una reducción de posibilidades para crecer física y mentalmente: cercena el futuro. Así, la sociedad que condena a su niñez, se condena a sí misma.

En conversación informal con niños de unos 14 años, cuando se les pregunta qué les gustaría ser de mayores y por qué, dan respuestas tan inquietantes como: “Yo me quiero ir a Estados Unidos para ganar muchos dólares y mandárselos a mi mamá…”; “a mí me gustaría vender drogas porque también se gana mucho dinero y no te tienes que ir del país…”; “Yo seré político, pues ahí se gana mucho dinero, no es tan peligroso como lo de las drogas y tampoco te tienes que ir del país…”

Esas son algunas opciones en las que muchos niños de escasos recursos suelen pensar para su futuro. Mientras, ser futbolista campeón goleador, o maestro para enseñar, o médico para curar, o científico para inventar vacunas, son propósitos frecuentes entre adolescentes de la clase media. Entre menores de clases económicamente poderosas se puede ampliar el espectro de opciones, que van desde ser banquero, astronauta, diseñador de videojuegos o pintor, hasta los idealistas que quieren salvar al planeta.

El subdesarrollo no es la etapa anterior al desarrollo, sino la consecuencia del desarrollo de otros. Por eso, la defensa de la soberanía de México tiene que ver sobre todo con dejar de producir –vía la pobreza de la infancia– mano de obra barata para Estados Unidos y productores y traficantes de drogas para los países ricos. Según Ensanut, siete de cada 10 adolescentes sufren depresión. La niñez mexicana está mayormente compuesta por sobrevivientes de la pobreza y del abandono del Estado: fueron 30 años de neoliberalismo que poco se ocupó de los infantes, y ya van cuatro de la 4T que ni los ve ni los piensa ni los sueña.

La auténtica Soberanía Nacional pasa por una infancia bien nutrida, bien amada y que reciba educación formativa más que instructiva. La protección de la niñez es, sin duda, el tema prioritario de la Seguridad Nacional. Necesitamos que nuestros gobernantes superen visiones simplistas del progreso y del futuro.