A pesar que la leche materna es el mejor alimento para un recién nacido, al brindar protección contra infecciones, no generar alergias y fortalecer su sistema inmunitario, sólo tres de cada 10 son amamantados exclusivamente con ella en sus primeros seis meses de vida.

La práctica inadecuada de la lactancia materna en México, indicó Miguel Malo, representante de las organizaciones Panamericana de la Salud y Mundial de la Salud en el país, causa más de 5 mil 700 muertes infantiles al año, y reconoció que quienes alientan el consumo de fórmulas lácteas son médicos y personal de salud.

En el séptimo Foro Nacional de Lactancia Materna, convocado por la Secretaría de Salud (Ssa), el Instituto Mexicano del Seguro Social y organizaciones civiles, destacó que en las unidades médicas públicas, 55.8 por ciento de las embarazadas recibieron información sobre los beneficios de la lactancia materna, frente a 24.2 por ciento de quienes acudieron a clínicas privadas.

En tanto, en el contexto de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se realiza del 1º al 7 de agosto, la Ssa, por medio del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, reinstaló el Grupo Interinstitucional Permanente de Lactancia Materna, que promoverá el monitoreo y ejecución de acciones de fortalecimiento, retroalimentación y evaluación de las estrategias en la materia.

Sucedáneos

El grupo de trabajo también acordó la conformación del Observatorio Nacional sobre el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, a fin de vigilar la correcta aplicación de este instrumento.

En el foro, especialistas alertaron sobre la importancia de promover la lactancia materna y crear las condiciones para que las madres extraigan la leche en condiciones dignas y de higiene en sus centros de trabajo para garantizar la lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida, así como generar entornos adecuados para la alimentación sana en la primera infancia.

Malo destacó que en México se debe cumplir el código internacional de comercialización de sucedáneos, a fin de detener la promoción del consumo de leche de fórmula y garantizar un presupuesto para realizar esta tarea.