La noche del viernes Yesenia Gómez perdió el campeonato mundial de peso minimosca ante la ca-nadiense Kim Clavel en Montreal. Una derrota inobjetable por decisión unánime y con tarjetas que coincidieron en unos 10 puntos de ventaja para la ganadora.

Gómez, la Niña como la apodan, ganó en 2018 ese cinturón a Esmeralda Moreno. Desde entonces lo defendió con éxito en cuatro ocasiones, pero no pudo protegerlo en su primera salida de México.

El mercado del boxeo femenil ha crecido demasiado en Estados Unidos y Canadá y las mexicanas se están enfrentando a una realidad internacional que las supera, considera Esmeralda; desde que me ganó, Yesenia no tuvo rivales complicadas, y ahora que la llevan al extranjero a enfrentar otro nivel, pues no da el ancho, como le ha sucedido a otras tricolores.

Moreno explica que ha habido un desarrollo muy sólido no sólo técnico y atlético, sino también en la promoción y apoyo al pugilismo femenil en esa región del continente, algo que ha dejado en cierta desventaja a las mexicanas.

“Yo pertenezco a una generación junto con Kika Chávez y Zulina Muñoz que nos fogueamos en condiciones muy adversas”, recuerda Esmeralda; salíamos a pelear al extranjero y a veces en pesos que no eran los nuestros y nos sobreponíamos con puro corazón.

Algunas campeonas en México –continúa– sólo pelean en casa y con rivales que no representan peligro. Esa es la forma –asegura– como mantienen sus cinturones.

Ahora que se enfrentan a la realidad, a otro nivel de boxeo, parecen en desventaja.