La resiliencia y fortaleza del peso frente al dólar se explica principalmente por el carry trade; es decir, la compraventa de divisas por la que un inversionista vende una cierta divisa con una tasa de interés relativamente baja y compra otra diferente con una tasa de interés más alta.

Eduardo Suárez, vicepresidente de análisis económicos para América Latina de Scotiabank, afirmó que el carry trade explica mucho la fortaleza del peso en lo que va del año.

Describió que uno de los principales soportes para el peso han sido las elevadas tasas de interés en México. Este factor, junto con ser (o no) exportador de materias primas en el actual choque inflacionario explica una parte importante del desempeño de las principales divisas mundiales.

En los años recientes (desde 2018), las tasas de los bonos mexicanos han ampliado su diferencial con respecto a los bonos del Tesoro de Estados Unidos en cerca de 200 puntos base.

Para Jorge Gordillo, director de análisis económico y bursátil de CIBanco, el final de la era del dinero barato ha llevado a una rápida revalorización del riesgo en todos los mercados, pero quizás no ha sido tan notorio en el mercado cambiario mexicano.

El peso sigue mostrando cierto grado de resiliencia, en gran parte debido a los diferenciales de tasas de interés con Estados Unidos y en especial a las tasas de interés reales (tasas nominales menos la tasa de inflación) que le siguen favoreciendo sobre aquellos activos denominados en dólares. Esto no significa que en el corto plazo no pueda presionarse, mucho de ello dependerá de la evolución de las cifras económicas globales, en específico las de Estados Unidos, precisó Gordillo.

Moneda nacional extiende sus ganancias

En medio de un debilitamiento del dólar, este lunes el peso extendió sus ganancias del viernes, al apreciarse 0.30 por ciento frente a la divisa estadunidense, a 20.4706 unidades por dólar spot.

De acuerdo con datos del Banco de México, la paridad peso-dólar operó entre un máximo de 20.48 unidades y un mínimo de 20.3600 unidades.

La semana pasada varios oficiales de la Reserva Federal evitaron hacer referencia a la posibilidad de un incremento a la tasa de interés de 1.0 por ciento, por lo que se espera que el incremento sea de 0.75 puntos porcentuales.