Desde su apertura a finales de abril, el Museo Diablos, dentro del estadio de beisbol Alfredo Harp Helú, ha recibido a poco más de 2 mil visitantes, cifra que llena de optimismo a sus directivos tras la suspensión de los partidos debido a la pandemia.

El público se sorprende, sobre todo, al descubrir la afición del pintor Francisco Toledo por el rey de los deportes. En una muestra dedicada al artista juchiteco, se aprecian por primera vez las fotografías que en 2000 le tomó su entrañable amiga Graciela Iturbide, en las que aparece vestido de catcher.

En realidad, se trató de una travesura entre ambos artistas, que se gestó cuando ella propuso visitar una granja de emús en la mixteca oaxaqueña. De inmediato, Toledo pidió prestados a Alfredo Harp unos arreos, al asegurar que lo que se ponen en las piernas los beisbolistas parecen patas de avestruz.

Iturbide recuerda que, en efecto, los emús eran parecidos a los avestruces y sus patas se asemejaban a los arreos que portaba su juguetón amigo, quien aquella tarde calurosa quería estar cerca de las aves, pero protegido ante cualquier incidente.

Fue muy divertida esa sesión de fotos. Después guardé ese material y hasta ahora que me lo solicitó la familia Harp para el museo lo saqué de mis archivos. Aún no he podido ir a ver cómo están exhibidas en el nuevo Museo Diablos, pero me traen muy buenos recuerdos, dijo la fotógrafa a La Jornada.

Las 14 imágenes se exhiben junto a más de 70 piezas que Toledo realizó inspiradas en el beisbol, todas pertenecen al acervo de la familia Harp Grañén.

Además de esta colección, expuesta en una de las dos salas temporales del Museo Diablos, el recinto cuenta con 14 salas dedicadas a la historia del equipo Diablos Rojos de México, con dibujos, pinturas, esculturas, instalaciones, maquetas, videos, así como recursos inmersivos y multimedia.

La experiencia también incorpora espacios donde se encuentran esculturas y murales con las firmas de Toledo, Sergio Hernández, Amador Montes, Demián Flores, José Luis García, entre otros.

Durante las semanas de partidos, el Museo Diablos se puede visitar de martes a viernes de 13 a 15:20 horas y de 17 a 19:20 horas; sábados de 13 a 18:20 horas y domingos de 11 a 17:20 horas, presentando el boleto del museo y el del juego.

Cuando no hay encuentros deportivos, el recinto abre sus puertas de martes a viernes de 11 a 19:20 horas, sábados de 10 a 17:20 horas y domingos de 10 a 16:20 horas.