rimer acto (29 de julio de 2019): el presidente López Obrador instruyó a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, instalar una mesa de negociación entre el Sindicato Nacional de Mineros y Grupo México para solucionar el conflicto en Cananea, Sonora, es decir, la huelga que el próximo día 30 cumple 15 años (junto con otras dos, estalladas en la misma fecha, en Taxco, Guerrero, y Sombrerete, Zacatecas).

En esa fecha, el mandatario subrayó que el compromiso público y oficial es instalar una mesa de negociaciones, a más tardar en 10 días, para que dirigentes sindicales y empresarios (de la minería) traten los temas pendientes, busquen acuerdos y vean hacia adelante; voy a convocar personalmente a este diálogo y luego se instala la mesa; es por el bien de los trabajadores y de la economía del país; a los mineros les pido que me esperen antes de tomar otras medidas.

Segundo acto (11 de noviembre de 2021): en multitudinario acto público y político en Cananea, en el que participó prácticamente todo el gabinete federal y el de Sonora, con Alfonso Durazo a la cabeza (quien se ha encariñado con Grupo México), el gobierno nacional presentó su Plan de Justicia para Cananea… que excluyó a los mineros de la sección 65 del Sindicato Nacional de Mineros, es decir, a los huelguistas que desde julio de 2007 exigen justicia (sin olvidar que en 2010 el gobierno calderonista les echó la fuerza pública y los desalojó violentamente, amén de que les canceló cualquier posibilidad de empleo en esa localidad) y atención a sus demandas.

Tercer acto (19 de enero de 2022): los mineros atendieron la petición presidencial de julio de 2019 (esperar antes de tomar otras medidas), pero transcurridos dos años y medio sin que nadie respondiera a sus demandas (lo mismo que en los gobiernos de Calderón y Peña Nieto), en esa fecha la sección 65 decidió bloquear la carretera federal en el tramo Ímuris-Cananea para exigir al gobierno nacional el reconocimiento de la huelga iniciada hace 14 años en la mina Buenavista del Cobre, explotada por Grupo México en el municipio de Cananea; aunque el conflicto ha sido admitido por organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el gobierno de la República, por medio de la Secretaría del Trabajo, no ha enmendado el daño a los derechos de los mineros, a quienes se arrebató el contrato colectivo de trabajo; en Grupo México son unos violadores y nos han agredido sistemáticamente y hoy se les sigue dando la protección, acusaron los mineros.

Cuarto acto (20 de enero de 2022): como la secretaria del Trabajo no dio golpe –lo que no es novedad– y la citada mesa brilló por su ausencia, dos años y medio después de la instrucción original el propio mandatario pasó la estafeta al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien de inmediato convocó a las partes (mineros y Grupo México), sólo para que una de ellas (el consorcio del tóxico Germán Larrea) se negara a participar. La representación sindical fue la única que atendió la convocatoria, se hizo presente y lo hizo con voluntad negociadora, mientras poco a poco el propio inquilino de Bucareli fue serruchando las patas de la citada mesa, con todo y que López Obrador subrayó que sobre cualquier interés debe prevalecer la verdadera protección a los trabajadores.

¿Resultado? Entre la instrucción original y esta fecha han transcurrido casi tres años y los encargados de promover el diálogo entre las partes y encontrar soluciones al conflicto (en el entendido de que sobre cualquier interés debe prevalecer la verdadera protección a los trabajadores) no han remediado absolutamente nada y la cuenta sigue su curso.

Y colorín colorado, este conflicto ni lejanamente ha terminado. De hecho, la sección 65 del sindicato minero solicita al presidente López Obrador una reunión y su intervención directa, ya que a dos meses del más reciente encuentro con el titular de Gobernación no hay ningún avance para resolver en definitiva la huelga de Cananea; Adán Augusto ha hecho caso omiso ( La Jornada, Jared Laureles).

Las rebanadas del pastel

Hasta ahora, el marcador político tras las sanciones a Rusia va en goliza: 3-0 a favor del oso. Ya cayeron tres primeros ministros: Boris Johnson, de Gran Bretaña; Kaja Kallas, de Estonia, y Mario Draghi, de Italia (aunque el presidente de esa nación trata de reflotarlo), otros están en la picota y el partido aún no termina. Ello, sin olvidar crisis energética, inflación imparable, airadas protestas de la población y lo que se acumule.

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