Sin goles, la fiesta estaba incompleta. Por eso, el cabezazo de Janelly Farías, a falta de 10 minutos para el final, redondeó una histórica tarde para el América femenil con el 1-0 sobre el Bayer Leverkusen, el primer equipo europeo con el que mide sus alcances en un estadio Azteca al cual acudieron unos 20 mil aficionados, que celebraron con rock and roll y fuegos artificiales.

En el coloso de Santa Úrsula había niñas con camisetas azulcremas que quieren ser como Katty Martínez o que admiran a Janelly Farías. Decenas de jóvenes entusiastas y gente mayor con impermeables bajo el brazo ante el pronóstico de lluvia. Todo estuvo relacionado con el América. El águila, los cánticos, la indumentaria.

La barra Ritual del Kaoz recibió permiso para desplegar sus banderas en la cabecera norte alta, una práctica no autorizada por la Liga Mx en los partidos del futbol varonil. Cerca de 100 aficionados se reunieron ahí, escoltados por elementos de seguridad que vigilaron sus movimientos.

Kiana Palacios tuvo la más clara oportunidad en el primer tiempo, en un mano a mano que definió con un remate cruzado y la portera Repohl rechazó con pierna derecha.

En un templete detrás de la portería visitante, con dos cobras de bronce gigantes mostrando los colmillos, la banda Moderatto dio un concierto de cinco canciones y se anunció la llegada de la mediocam-pista francesa Aurélie Kaci, proveniente del Real Madrid, como refuerzo de las Águilas.

En un costado del campo, Mariana Gutiérrez y Mikel Arriola, titulares de la Liga femenil y varonil observaron que se cumplieran las reglas y los actos protocolarios.