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México SA

AMLO va por acuerdo migratorio // Oferta buena para ambos pueblos // Francia: nacionalización total

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▲ La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, durante su discurso de ayer ante la Asamblea Nacional, en París. Borne anunció que el Estado tiene la intención de controlar la totalidad del capital de la empresa Electricidad de Francia, al exponer las prioridades de su gobierno.Foto Ap
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n cuestión de días –cinco, para ser preciso– se reunirán en la Casa Blanca los presidentes López Obrador y Biden, y aunque bien a bien no se conoce el detalle de la agenda del encuentro, el mandatario mexicano adelanta que el tema migratorio será central, toda vez que son momentos de tomar decisiones (especialmente si se conoce que unos 40 millones de paisanos viven en la nación del norte) y hay que enfrentar todas las resistencias. Si no hay una política atrevida en beneficio de los pueblos, ni se resuelve nada ni se tiene nunca el apoyo de la gente.

Sexenio tras sexenio el gobierno mexicano ha intentado –algunas veces en términos reales, otras, la mayoría, sólo de forma retórica– alcanzar un acuerdo migratorio con el vecino del norte, pero todo ha sido rechazado por los gringos. La excepción fue el Programa Bracero (lo firmaron Manuel Ávila Camacho y Franklin D. Roosevelt), como excepcional fue la decisión estadunidense de procurar mano de obra mexicana, porque la propia peleaba su guerra en el Pacífico y después en Europa. Este acuerdo bilateral se prolongó 22 años (1942-1964). Con Canadá, México mantiene, desde la década de los 70, el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales que resulta muy limitado, pues la cuota autorizada ronda 25 mil personas por año.

Por ello el presidente López Obrador acudirá a la Casa Blanca con una propuesta concreta que es buena para ambos pueblos y para los dos países en materia de migración, especialmente si se considera que hay una crisis mundial y hace falta tomar decisiones. Se trata de ponernos de acuerdo en lo laboral y vamos a ordenar el flujo migratorio, y a legalizar la contratación de trabajadores. Que no sea un asunto de particulares, de traficantes de personas, de polleros, de empleadores sin escrúpulos, sino que sea un asunto de gobiernos. Y vamos a ponernos de acuerdo sobre visas de trabajo, no sólo para campesinos, para obreros, para profesionales, para mucha gente.

Desde luego, la permanente negativa del gobierno estadunidense a firmar un acuerdo migratorio repercute en beneficios –ilegales a todas luces– para los patrones del otro lado, quienes reclutan mano de obra mexicana a un costo mucho menor que el que les representaría contratar trabajadores estadunidenses. El propio López Obrador subrayó que desde hace mucho tiempo se mantiene una política injusta de pagar menos al trabajador indocumentado y de poderlo correr cuando les da la gana. ¿Cómo va a crecer una nación sin fuerza de trabajo?, y como ejemplo citó lo siguiente: “Hay mucha simulación en este tema, como en otros, pero sólo menciono una: si ustedes van a Estados Unidos y les alcanza para ir a un restaurante, puede que esté vacío, que sólo haya dos mesas ocupadas, o tres, y no les den servicio teniendo las mesas vacías, y la persona que atiende les dice: ‘No podemos darles el servicio porque no tenemos trabajadores de cocina ni trabajadores que atiendan las mesas’. No hay trabajadores en Estados Unidos para sus actividades productivas. Entonces, ¿por qué negar este hecho real, la falta de trabajadores, y al mismo tiempo impedir que lleguen migrantes?”

Se trata de asuntos de Estado que hay que resolver sin importar lo que diga gentuza como los senadores gringos Bob Menéndez, Ted Cruz y otros de la misma calaña, en el entendido de que hay que transformar, porque si se va a seguir con la misma política de siempre, pues va a continuar la decadencia; es un proceso de degradación progresivo.

En fin, habrá que ver los resultados, pero en vía de mientras López Obrador detalla que mi planteamiento es más unidad, integración con soberanía, integración que no significa sometimiento, respeto a nuestra independencia. Esto que no entienden los del New York Times, que creen que somos colonia. Pero eso no significa que no podamos ponernos de acuerdo. Además, son 38 millones de mexicanos en Estados Unidos, tenemos 3 mil 180 kilómetros de frontera. Hay salidas al asunto, ni siquiera voy a decir problema, a la cuestión migratoria, pero se requiere de tomar decisiones.

Las rebanadas del pastel

¡Zas! ¿Qué dirán los defensores de las leyes del mercado, la libertad empresarial y la participación del Estado cuando menos, mejor? El gobierno galo, que preside el derechista Emmanuel Macron, anuncia la nacionalización total de la energía eléctrica y detalla que de forma inminente controlará 100 por ciento del capital de la empresa Electricidad de Francia. La crisis energética no anda en burro.