Los recuerdos de infancia del bailaor y coreógrafo Manuel Liñán, de sentirse libre y poder usar vestidos y maquillarse sin ser juzgado, dieron origen al espectáculo ¡Viva!, que se presentará este domingo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

El espectáculo creado por el artista español será un vibrante homenaje a la danza española y al flamenco, lleno de ironía, reivindicación, drama, chispa y poderío.

En entrevista, Liñán recuerda que cuando era niño y empezaba a bailar flamenco a veces le gustaba usar vestidos, ponerse flores y maquillaje, pero cuando hacía eso públicamente se sentía juzgado; eso lo llevó a realizarlo a escondidas en su cuarto.

“Me ponía los vestidos de mi madre, me adornaba la cabeza con flores y me maquillaba a veces. Vivía este hecho del travestismo de manera privada, aunque debería haber sido un hecho público.

Parte de mi infancia relacionada con el baile flamenco la viví dentro de este cuarto por miedo a represalias sociales y artísticas.

Para Liñán, sentir que se viste con ropas que le pertenecen, ya que antes decía que se vestía de mujer. Ya es hora de que nos apropiemos de una estética que nos pertenece y no tengamos que vestirnos de otra cosa, sino simplemente usar nuestros vestidos sin que esto tenga otro significado, y maquillarnos sin ser cuestionados.

El bailarín asegura que la danza flamenca le brinda una sensación de libertad. “La danza es la mejor manera que tengo para expresarme libremente y de poder emocionarme y trasladar mis sentimientos.

El flamenco es un arte muy completo, lleno de musicalidad, de composición, de baile. El flamenco te permite conectar de manera muy directa con el público; para mí, la sensación de libertad cuando estoy bailando es lo principal.

En el espectáculo, siete bailarines se suben al escenario y dan vida a bellas y potentes bailaoras que se mueven de forma libre en el universo del arte con el propósito de romper los papeles, para dotar al baile de pluralidad, de distintas formas y de la singularidad de cada una, despojándose de las reglas sociales que imponen que el artista debe manifestarse según su género.

Es un espectáculo muy diverso, con personalidades diferentes que abarca las muchas disciplinas, perfiles y texturas que puede tener el flamenco, explica el bailaor, coreógrafo y director español.

¡Viva! resulta en una transformación al cuerpo que anhelamos, por medio de una caracterización inspirada en la mujer flamenca, para poder realzar la manera de expresarse. Una transformación que no siempre implica una manera de enmascararse, sino más bien una completa desnudez.

¡Viva!, de Manuel Liñán, se presenta hoy a las 18 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico, Metro Allende).