ecir que Morena no es el nuevo PRI, reconociendo los contextos diferentes y los regímenes políticos distintos, no quiere decir que no tenga semejanzas, sobre todo en sus prácticas políticas y en su personal. Justamente mi argumento en la entrega anterior es que el PRI, no sólo en lo electoral, sino el régimen en su conjunto, fue hegemónico y, por tanto, dejó profundas huellas en la sociedad, incluso después de perder su carácter hegemónico. Esas prácticas son parte de los estados del corazón, o los mores a los que se refería Tocqueville.
Instituciones informales. Douglass North pone particular atención al aspecto de las normas informales y considera que debe analizarse en profundidad como funcionan
esas instituciones. North parte de proponer que toda actividad humana supone una estructura conformada por instituciones y enlista el ámbito de estas: reglas formales, normas informales y las características de los mecanismos establecidos para hacerlas cumplir ( enforcement characteristics). Es complicada la traducción a español del término enforcement. Se relaciona con acatamiento o peor aún, como implantación de las leyes. Quizás más preciso sería acatamiento de las leyes por medio de la coerción del Estado.
Instituciones débiles. Levitsky y Murillo en Construyendo instituciones sobre cimientos débiles: lecciones desde América Latina (2012) caracterizan a un entorno débilmente institucionalizado como aquél en el cual el enforcement de las normas es bajo, o bien, existe un amplio margen de discrecionalidad de facto respecto a su aplicación y la durabilidad institucional es baja, en el sentido que las reglas formales cambian constantemente, rara vez sobreviviendo a las fluctuaciones en el poder. Dado este contexto, los actores tienen incertidumbre sobre si las reglas se cumplirán o, en caso de que se incumplan, si las sanciones respectivas se aplicarán.
Desconexiones. Las instituciones débiles en América Latina son el resultado de una desconexión entre los procesos formales de elaboración de normas y los detentadores de poder de facto. Muchos de estos actores –militares, la Iglesia católica y las élites económicas– ejercieron y ejercen un veto informal sobre las instituciones que se crean desde el ejercicio parlamentario.
El México autoritario. La mayor aportación del texto de Levitsky y Murillo reside en el énfasis que ponen en el non-enforcement y su relación con la estabilidad institucional y con su cambio.Así, presentan un excelente retrato del México autoritario: “La relación entre non-enforcement y estabilidad puede ser vista en el caso de México bajo el poder del PRI. Constitucionalmente, el orden mexicano posrevolucionario fue muy estable. Sin embargo, las cláusulas constitucionales que amenazaban los intereses vitales del PRI y sus élites, que incluyen elecciones libres y justas, límites al Poder Ejecutivo, seguridad de tenencia judicial y una variedad de derechos sociales progresivos, fueron violadas de manera sistemática. Entonces, la estabilidad institucional formal mexicana en el siglo XX tuvo sus raíces en la preferencia de las élites por el non-enforcement y en menor magnitud por las posibilidades de veto”.
Rafael Segovia se refirió a una teoría de residuos institucionales engastados en el aparato estatal. Tratar de liberarse de ellos equivale a arrancar una planta trepadora que sostiene el viejo edificio que en parte ha destruido
. (1996)
Estas instituciones que Levitsky llama cortinas, están usualmente acompañadas por reglas informales que ayudan a canalizar las expectativas de los actores poderosos precisamente a través de un débil enforcement.
Encuentro que tres instituciones informales sobrevivieron al régimen hegemónico y están actualmente presente: el madruguete, el dedazo y el ninguneo.
A ello dedicaré mi siguiente entrega.
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