Sábado 25 de junio de 2022, p. a12
Toda una generación de notables cumple, este 2022, 80 años, y el mundo cosecha sus beneficios. Todos ellos crearon las condiciones para que la vida sea mejor. Soñaron con una sociedad más justa, con un planeta más bello aún. Construyeron belleza.
Son legión.
Lo que todos ellos sembraron, hoy día tiene frutos.
La semana anterior celebramos el cumpleaños octagésimo de Milton Nascimento, A Voz de Deus. La próxima semana haremos lo propio con Caetano Veloso.
Hoy conmemoramos los 80 años de Gilberto Gil, quien los cumplirá este domingo.
Y como no existen las casualidades sino las causalidades, la efeméride coincide con un acontecimiento que refleja los frutos de aquella generación que luchó por un mundo mejor: la elección de Francia Márquez como vicepresidenta de Colombia, afrodescendiente, negra, feminista, luchadora social, una mujer del pueblo, y anuncia que gobernará para los más pobres.
La causalidad: Gilberto Gil es uno de los grandes luchadores sociales de nuestro tiempo. Curiosamente, también fue parte de un gobierno: como ministro de Cultura del gobierno de Lula da Silva demostró que este trabajo implica humildad, servicio a los demás y ser anónimo, no buscar el lucimiento personal.
La causa central de toda su vida es la justicia social, los derechos de los afrodescendientes, como él lo es: negro, y desde esa dignidad combate el racismo, la pobreza, pelea por la igualdad de derechos.
Su discografía es impresionante, monumental. Hay muchos Gilberto Gil pero hay un eje, un denominador común, una raíz: una capacidad creativa invencible, una honestidad artística a toda prueba. Lo suyo es la originalidad, el riesgo, la propuesta. Los brazos abiertos, la voz aupada en aullidos encantadores. De encantamiento.
Gilberto Gil es un brujo mayor.
Sus poderes los despliega doquier: arenga cantando, agita a las masas coreando, insta a la lucha sonriendo.
Gilberto Passos Gil Moreira nació el 26 de junio de 1942 en Salvador de Bahía. Una de sus muchas acciones de lucha es la fundación de un movimiento artístico de miras y alcances sociales: el Tropicalismo.
Entre los tantos Gilberto Gil que existen en sus discos y en sus conciertos, detengámonos en un álbum maravilloso: Kaya N’Gan Daya, que contiene 16 piezas de Bob Marley, contemporáneo de Gil y su maestro. Escuchar este disco es una experiencia muy enriquecedora. En primer lugar, no se trata de los típicos covers
, sino de interpretaciones muy fieles al original, dado que ambos autores comparten certezas y convicciones.
Es un disco completamente subversivo por su contenido de lucha social.
Los principios éticos de Bob Marley: el amor, la bondad, la generosidad, compartir. Lo recordamos en las calles de Kingston repartiendo sus ganancias monetarias entre sus amigos, muy pobres, al igual que lo hace nuestro amado Sixto Rodríguez, que se hizo famoso por el documental Searching for Sugar Man y regresó a su oficio de albañil, en Detroit, donde comparte sus regalías con sus amigos, homeless.
Bob Marley es el poeta de la pobreza: In the abundance of water / the poor is thirsty.
Su música tiene millones de devotos, muchos de ellos alborotados solamente por la atracción inevitable del ritmo reggae, poco interesados en el contenido de sus canciones: mensajes de amor y de lucha social, en favor de los pobres.
Gilberto Gil rinde homenaje a su maestro Bob Marley y añade su creatividad en el disco Kaya N’Gan Daya. Por ejemplo, en la pieza No Woman No Cry, escribió sus propios versos en portugués (nao chore mais / tudo vai dar sé), lo cual da como resultado un trabajo en colaboración postmortem con su ídolo Bob Marley, quien falleció cuatro años antes de que Gilberto Gil grabara su disco en homenaje al jamaiquino.
El sueño de Gil se cumplió cuando viajó a Kingston para grabar en el estudio de Bob Marley: Tuff Gong, pieza con The Wailers, y luego regresó para completar el álbum, con sesiones en la capital jamaiquina y en Río de Janeiro. Durante su estancia de trabajo en Kingston, se alojó con su familia en casa de Rita Marley, quien participa también en el disco.
Subversivos, Bob Marley y Gilberto Gil. Esa es su dimensión humana y artística.
Escuchar la obra de Bob Marley con Gilberto Gil es aprender a escuchar el reggae de manera más profunda, más gozosa, más consciente.
Recordemos ahora que Gilberto Gil es hermano del alma de Caetano Veloso. Juntos fueron encarcelados por la dictadura militar en Brasil y juntos salieron al exilio, en Londres.
Caetano y Gil han grabado muchos discos muy hermosos, tanto piezas en grabaciones de cada uno por separado o de otros o con otros artistas, como álbumes firmado entrambos, entre ellos: Caetano Veloso & Gilberto Gil. Dois amigos, um século de Música.
Escuchar en ese disco con ambos la pieza magistral Haiti, de Caetano, es un acontecimiento operístico de tema social, ambos, Caetano y Gilberto, emitiendo agudos espectaculares.
Los dos son alumnos distinguidos, si no es que los más importantes, de uno de los padres fundadores de lo que es la música brasileña desde entonces: João Gilberto (1931-2019). Por ejemplo, la pieza Aquarela do Brasil, que grabaron los tres, muestra el mural completo: João Gilberto es el responsable de los estilos individuales de Caetano Veloso y de Gilberto Gil. Las más hermosas obras de los dos alumnos, son por completo productos del aprendizaje con João Gilberto.
Al bajar la velocidad de la samba, bajar el tono de la voz, João Gilberto creó un estilo, fundó una escuela, construyó una corriente de pensamiento musical. Sintetizó la creación colectiva que es la bossa nova.
Uno de los mejores discos de Gilberto Gil se titula Gilbertos Samba.
El primer guiño del disco apunta al álbum Brasil. Gilberto, que el maestro João grabó en 1981 con sus alumnos Gilberto Gil, Caetano Veloso y Maria Bethania, con piezas muy populares de, entre otros autores, Dorival Caymmi y Ary Barroso, a manera de compendio de la historia musical brasileira.
Con su disco Gilbertos Samba, Gil hace lo propio: clásicos revisitados con exquisitez absoluta. Guitarra y voz bastan. Y una instrumentación sobria, innovadora, atrevida. Y mucha, mucha poesía.
En opinión del Disquero, la producción más hermosa de Gilberto Gil se llama O Sol de Oslo, que grabó en 1998 con Rodolfo Stroeter, Toninho Ferragutti, Marlui Miranda y Bugge Wesseltoft.
Ese disco comienza con un raga, entonado por Gilberto Gil con esa capacidad canora tan increíble que tiene: es capaz del agudo más agradable al grave más sonoro. Inconfundible su gritito en medio de versos. Su estilo de cantar tan variado, insólito, asombroso.
El track 6, Kao, es en mi opinión la música más hermosa que ha hecho en su larga trayectoria el maestro Gilberto Gil: es una meditación budista, una canción de cuna, una caricia, una musitación a sotto voce, con piano, percusiones orientales, un arsenal de maravillas. Es música de cámara en estado puro. Bellísima. Es una secuencia de mantras, invocaciones, rezos, alabanzas a Changó. Gilberto Gil, brujo mayor.
El álbum Doces Bárbaros (1976) y la película Outros doces Bárbaros, de 2003, son el Nirvana de la música brasileña. Los dulces bárbaros: Gilberto Gil, Caetano Veloso, Gal Costa y Maria Bethania.
Hay videos en YouTube que recomiendo disfrutar: ellos cuatro muy jóvenes, esbeltos como varitas de nardo, vestidos como ángeles, cantando en la penumbra. Es el Olimpo de la música brasileira.
Gilberto Gil es uno de los grandes acontecimientos en la historia de la música.
Como parte de las celebraciones de sus 80 años, la poderosísima plataforma Google Arts & Culture, donde podemos realizar visitas virtuales a más de dos mil museos en el planeta, dedica a Gilberto Gil su plataforma bajo el título El Ritmo de Gil, con 41 mil imágenes, 900 videos y grabaciones y un titipuchal de materiales fascinantes.
Además, Gilberto Gil prepara la publicación de un disco inédito y una gira por Europa.
Mañana domingo el mundo de la música estará de fiesta: Gilberto Gil cumplirá 80 años.
¡Feliz cumpleaños, Brujo Mayor!