Kaua es una comunidad maya yucateca, ubicada entre Chichen Itzá y Valladolid, donde residen varias parteras tradicionales que cuidan personal y cariñosamente a las embarazadas de la región. Doña Socorro es una de ellas, que al abrir su cuaderno en donde anota a las mujeres y recién nacidos que ha atendido, con orgullo manifiesta que lleva casi 350 partos con los cuidados que se inician desde el embarazo hasta las atenciones del parto y los relacionados con el puerperio y los bebés. Ella, como otras parteras de la localidad están conscientes de sus servicios, sus alcances y limitaciones. No dudan en asistir a los cursos de capacitación y certificación ofrecidos por las instituciones gubernamentales pero siguen manteniendo sus saberes y prácticas ancestrales precolombinas, en especial, la denominada “sobada” .
Y así se llama el video elaborado por la antropóloga italiana Patricia Quattrocchi, dirigido visualmente por Erica Barbiani y Elena Vera, con la asesoría del antropólogo yucateco Miguel Güémez Pineda (“La sobada: el don de las parteras mayas” [2006]) que está disponible –en forma gratuita– en la plataforma You Tube de internet.
En poco más de media hora, doña Socorro y sus colegas nos explican –con precisión narrativa y visual– que estos masajes abdominales se inician en forma temprana, que en el último trimestre realizan acomodamientos del feto (maniobras de versión externa ya olvidadas por las nuevas generaciones de médicos académicos que prefieren la operación cesárea) y que después del parto estas sobadas sirven para reacomodar y alinear el cuerpo de la mujer.
Como profesor de la materia de Antropología Médica e Interculturlidad, asignatura obligatoria de la Facultad de Medicina de la UNAM, cada semestre presento el video a los alumnos y las respuestas de ellos son de admiración, reconocimiento y respeto, pese a que las parteras, además de defender sus técnicas, son sumamente críticas ante los excesos de la obstetricia institucional. Estos son algunos comentarios de los estudiantes del tercer año de la carrera de medicina expresados en mayo del 2020.
- “Este documental cambió la concepción que tengo en torno a las parteras y su labor (…) me doy cuenta que he mantenido cierto prejuicio respecto a ellas”, …”,
- “…muy impactante, nunca me había puesto a investigar qué es lo que realmente hacían y como aprendían a hacerlo”,
- “Si de verdad estas prácticas las sobadas, que con mucha soberbia denigramos, no funcionaran, muy probablemente estos pueblos no seguirían entre nosotros.”,
- “La experiencia que adquieren a través de los años, hace que el ritual que practican de “la sobada” transmita un verdadero alivio para las mujeres que acuden a su servicio. Por estos motivos, y más, las parteras juegan un papel único y esencial en una comunidad.”,
- “El amor por ayudar a una madre, es la lección que debería ser tomada de estas increíbles mujeres.”,
- “El trabajo de las parteras es verdaderamente admirable, la atención que le brindan a sus pacientes es sumamente personalizada…”,
- “Creo que las dos visiones (tradicional y occidental) no deberían estar peleadas, sino reconocer sus fortalezas y complementarse para dar una mejor atención.”,
- “…las prácticas que realizan, dejan traslucir a través de sus palabras y acciones un profundo conocimiento del tema, una técnica ancestral que han aprendido de sus madres o abuelas (…) Me parece alentador la interacción que se vislumbra entre la medicina occidental y sus prácticas: muchas de ellas han asistido a cursos en hospitales y saben también recurrir al médico en un embarazo de alto riesgo. En fin, creo que es importante abrir nuestra mente y nuestro corazón para ser estudiantes de medicina lo suficientemente humildes como para no desechar estos conocimientos ancestrales tan maravillosos.”
En México, se ha exagerado que todo parto sea hospitalario, desechándose la sabiduría y la experiencia de nuestras parteras tradicionales, cuando ellas están preparadas para atender todo parto sin complicaciones, y en los cursos de las instituciones de salud han aprendido a detectar los posibles percances que requieren de atención médica hospitalaria.
Lo que se necesita es una política pública sanitaria de reconocimiento, respeto y protección a sus habilidades y destrezas. Sobre todo, en este periodo de pandemia donde se ha aumentado la atención del embarazo/parto/puerperio ante el temor, miedo e incluso terror de las embarazadas de asistir a unidades médicas donde las posibilidades de contagio del COVID-19 se incrementan de manera notable.
Es necesario que las autoridades del Sector Salud, en especial las responsables de salud rural e incluso urbana (SSA, IMSS-Bienestar, ISSSTE), mantengan estrecho contacto con las parteras tradicionales para apoyarles con equipos de protección (guantes, cubrebocas, gel antibacterial) y reconocer la amorosa atención que ellas brindan a sus pacientes embarazadas. •