Sidney. Australia anunció ayer un acuerdo de compensación de 584 millones de dólares con el astillero Naval Group, de Francia, por la ruptura de un contrato de suministro de submarinos que provocó una crisis diplomática de varios meses entre ambos países.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, afirmó que era un acuerdo justo y equitativo tras la ruptura del contrato multimillonario con el constructor francés para, en su lugar, adquirir submarinos estadunidenses o británicos de propulsión nuclear.

En total, el país oceánico rompió un contrato de cerca de 59 mil millones de dólares, lo que desató una crisis diplomática que enfrentó a Australia y a Francia, y que amenazó con torpedear un acuerdo comercial entre los australianos y la Unión Europea.

El ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, de visita en Singapur, afirmó que este acuerdo es importante porque nos va a permitir abrir una nueva página en nuestra relación bilateral con Australia y mirar hacia el futuro.

La empresa Naval Group celebró en un escueto comunicado el acuerdo que calificó de equitativo, sin citar la cantidad de la ­indemnización.

En 2021, Estados Unidos, Reino Unido y Australia anunciaron un nuevo pacto en materia de defensa con el nombre de Aukus que busca defender sus intereses en la región del Indo-Pacífico y cuya primera fase estipula la construcción de ocho submarinos de propulsión nuclear para la Armada australiana.

Independencia

Por otra parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, denunció la actividad militar provocadora y desestabilizadora de China cerca de Taiwán, un día después de que Pekín advirtiera que no dudará en entrar en guerra si la isla declara su independencia.

Vemos una creciente coacción de Pekín. Hemos sido testigos de un incremento progresivo de actividad militar provocadora y desestabilizadora cerca de Taiwán, afirmó Austin en el Diálogo de Shangri-la, un foro de seguridad que se celebra en Singapur.

En Corea del Norte, el líder Kim Jong Un redobló su apuesta por el armamento ante lo que describió como entorno de seguridad complicado, en la clausura de una importante conferencia política celebrada mientras los gobiernos extranjeros monitorean los indicios de una posible prueba nuclear inminente en el país.

Los ministros de Defensa de Japón, Estados Unidos y Corea del Sur acordaron ayer reanudar las maniobras militares conjuntas de búsqueda y seguimiento de misiles balísticos con el objeto de servir de disuasión ante Pyonyang.