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Los primeros tres discos que compré de chico marcaron mi sendero hacia el blues: De la Rosa

El columnista de La Jornada presentó su libro en el que aborda su faceta de promotor cultural y conductor de programas de radio

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▲ Raúl de la Rosa, al centro, acompañado de su familia cuando recibió un premio en Memphis.Foto cortesía del escritor
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Viernes 10 de junio de 2022, p. 7

El contenido de la columna Tiempo de blues, que se publica en este diario desde 2000, es el eje del libro Por los senderos del blues, crónicas, escrito y editado por Raúl de la Rosa, quien en 280 páginas da cuenta de su faceta de promotor cultural, conductor de programas radiofónicos y de gran conocedor y difusor del género, lo que avalan los 11 festivales y el reconocimiento Keeping The Blues Alive Awards’ 2022, que le entregadaron en Memphis, Estados Unidos.

De la Rosa es un hombre de planes y recuerdos. En charla con La Jornada, contó una anécdota que considera premonitoria de su vida, sucedida en su adolescencia.

“Siendo dueño de un tocadiscos, no tenía un solo disco para estrenarlo. Una tía, que me quería mucho, me dio dinero de una manera como se les da a los mordelones, ‘que nadie vea’. Fui a una tienda de discos que estaba en las calles de Insurgentes y Michoacán y cuando vi el precio de los ejemplares, conté el dinero y la emoción me invadió: me alcanzaba para tres.

“El problema, realmente existencial, es que a esa edad tengas que escoger sólo tres de entre cientos o miles de discos. Los seleccioné. No tenía idea de cuáles había comprado, pero marcaron mi vida, tanto personal, familiar como laboral, mi ideología. El primero, Cantos de la guerra civil española, fue algo extraño porque no tenía idea de que había habido una guerra civil en España. El segundo se llamaba In Israel Today y no sabía que ocho o nueve años antes se había fundado el Estado de Israel. En la portada del tercero había una negrita –no una persona de color– con las manitas de lado, y una leyenda que decía ‘I feel the spirit’. Lo chistoso es que era de la cantante más grande de góspel en la historia: Mahalia Jackson”, relató.

Motivado para hacer un segundo tomo

Al abordar el tema de la promoción de su libro, De la Rosa señaló que en un mismo día había hecho un par de presentaciones: una en el Tianguis del Chopo y otra en Casa Milán. En ambas, notó el interés que despertó su trabajo, lo que lo motivó a preparar otro. Para el segundo tomo, debo reconsiderar siete festivales que faltaron en el primero e incluir otros que, para mí, son importantísimos: el de música y danza afroestadunidenses, los dos internacionales de bolero y el de Astor Piazzolla. Tengo que escribir sobre ellos, aunque a la distancia no es tan fácil. Afortunadamente, guardo todo lo publicado por la prensa, pero lo que más cuenta es lo que viviste, lo que recuerdas, no lo que leíste, afirmó.

La idea de escribir el primer libro surgió “hace como cuatro o cinco años, cuando Gregorio Martínez, editor de éste, me entrevistó a petición de Ramoncito, saxofonista del grupo Zahzil, para que le platicara mi vida en relación con lo que hago. Fui a dos o tres sesiones. Cada vez que me hacía un pregunta, yo empezaba a hacer un ejercicio de memoria al narrar todo lo que me tocó experimentar. Tengo una vida muy variada, muy divertida y estuve cerca de todo lo que consideraba importante, trascendental. Imagínate, estuve en el comité organizador de las Olimpiadas.

“Estas entrevistas fueron el impulso para escribirlo. Ahora, presentarlo me dio algo que había olvidado: platicar con la banda y recordar con ella esos conciertos, todo lo que me tocó vivir. ‘Recuerdo cuando vino John Lee Hooker’, me dijo alguien y todos teníamos frescos en la memoria sus presentaciones. Sentí el agradecimiento de la gente después de 40 años. Recordaban todo. Parece que lo que hicimos quedó en la memoria de un buen número de jóvenes y rescatamos algo que se había perdido. Ahora, debo encontrar una manera de promover el libro, porque no está en ninguna editorial ni en librerías. Tengo que divulgarlo.”

Un apartado del libro a resaltar, añadió Raúl de la Rosa, es el de la dedicatoria, en el que aparecen los nombres de Gastón Martínez Matiella, Marta de Cea, Modesto López, Audrey, Alexandra, Adriana y Fabrizio León.

Concluyó: “En especial agradezco a Fabrizio León porque él fue quien me ‘obligó’ a escribir la columna en La Jornada. Le dedico el libro por ser el provocador fundamental al haber aceptado mi colaboración en el diario. A él le debo haber tenido material para este primer tomo”.