Los productores de nitrógeno son los primeros expuestos a las presiones regulatorias sobre riesgos climáticos, ya que causan por lo menos 80 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de fertilizantes, por arriba de las generadas en la fabricación de fosfato o abono potásico, advirtió Fitch Ratings.

La firma de riesgo crediticio consideró que los productores de fertilizantes nitrogenados son los que mayores presiones a largo plazo enfrentan, dadas las metas de descarbonización, pese a los sólidos impulsores de la demanda.

Sin embargo, además de las exigencias regulatorias, esa demanda puede verse afectada por los llamamientos a reducir el uso de la tierra para la agricultura, según las previsiones del API de la ONU (Pacto Global de las Naciones Unidas), lo que podría exacerbar las presiones sobre el sector, advirtió la firma de riesgo.

Fitch agregó que la producción de amoniaco, el insumo de todos los fertilizantes nitrogenados, es, con mucho, la que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que requiere mucha energía.

En China, la huella de carbono derivada del amoniaco es casi dos veces mayor que en otros países porque la economía asiática utiliza carbón en lugar de gas natural para su producción.

Las dos principales alternativas a la producción de amoniaco son la captura, utilización y almacenamiento de carbono; y el uso de la electrólisis del agua alimentada por energías renovables y agua; incluso este último prescinde de los combustibles fósiles.