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Pemex sin virajes
S

in virajes económicos ni ideológicos, tampoco olvido voluntario, los compromisos con la reducción del dióxido de carbono (CO2) o con la disminución del calentamiento global siguen en pie. El rescate de Pemex sigue avanzando y necesitamos de los hidrocarburos para cumplir con los pendientes ambientales.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, desde el inicio de su carrera como líder progresista, ha expresado su apoyo a la industria petrolera, a las demandas por mejorar las condiciones de vida laboral del personal operativo, también se ha manifestado por el alto a la corrupción y el robo a una de las empresas más importantes de México –Pemex–. Como politólogo, López Obrador ha buscado la reivindicación de la ciencia política y su aplicación como instrumento pacifista para solucionar diversos problemas.

En cuanto a la industria eléctrica, de la misma forma que con la petrolera, son dos de los motivos que lo han llevado a proponer soluciones para rescatarlas y restablecer la soberanía energética. Ambos rubros han ocupado uno de los principales puntos de su agenda como titular del Poder Ejecutivo.

Opiniones diversas en periódicos, revistas especializadas, redes sociales y mesas de análisis de las televisoras neoliberales con gente experta en producción petrolera afirman que la compra de la refinería, recientemente nombrada Pemex-Deer Park, fue un gasto inútil. No obstante, las críticas contra los avances planificados de los proyectos del gobierno federal quedan sin valor porque los resultados de esta adquisición han sido positivos.

Ya contamos en México con gasolina proveniente de la sucursal de Pemex en Houston, Texas, además, con las cifras modestas de combustibles generadas por las seis refinerías ya existentes en territorio nacional, el gasto por la compra de combustible extranjero es menor. Sabemos que todavía no es suficiente, pero tenemos los recursos y las vías para lograr el procesamiento de hidrocarburos y sus derivados, con las cuales no se cubre, aún, la demanda a nivel nacional.

Todavía no se satisface al 100 por ciento todas las demandas, pero se cubrirán en el corto plazo. Ya se ha señalado que la Olmeca multiplicará el procesamiento de crudo para obtener los derivados más necesarios para el consumo interno y posteriormente para la venta a clientes extranjeros.

No existe viraje en la política pública energética oficial, se busca la vía rápida para cubrir las demandas de la población y de la industria general nacional. Y, como ya se ha mencionado, para asegurar ese modesto, pero al fin un triunfo, la meta es rebasar ampliamente 185 mil 600 barriles diarios de crudo procesado. El autoabasto, que es prioritario en esta nueva etapa productiva de Pemex, no se lograría de continuar comprando gasolina a quien le vendemos el petróleo.

Después de la catástrofe sufrida a lo largo de 38 años, ocasionado por el plan priísta de destrucción de la industria energética, nos atrevemos a afirmar que el plan del Presidente para rescatar Pemex está dando buenos resultados. Incluso se ha demostrado la estabilidad productiva de la paraestatal, pese a conflictos externos como la guerra entre Rusia y Ucrania.

La disminución de compras al extranjero de productos derivados del petróleo permitirá un ahorro importante. La economía se fortalecerá ya que, al producir gasolinas y otros derivados de hidrocarburos, el valor agregado nos proporcionará un margen más amplio para la reinversión y el sostenimiento de los programas sociales. Las ganancias estarán muy por arriba de 275 mil 849 millones de pesos anuales, por lo que también fue acertado el subsidio a Pemex por parte del gobierno federal actual. Agregamos que, al no aumentar de precio la gasolina nacional, nos mantendremos sin o con una mínima inflación.

Un ejemplo de esta misma soberanía lo estamos observando con el oportuno auxilio que, en estos momentos, una región costera del estado de Oaxaca está recibiendo por parte del personal técnico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Es importante observar que el servicio de la empresa, no obstante los ataques y saqueos durante el gobierno de Felipe Calderón, la experiencia y profesionalismo de su personal es relevante.

El paso del huracán Aghata ha dejado innumerables víctimas humanas, además del destrozo de viviendas y zonas urbanas que, sin el oportuno y organizado apoyo profesional de los electricistas de la CFE, la situación de la población afectada estaría en mayor riesgo.

Los argumentos aquí expuestos justifican –así lo deseamos– el seguimiento gubernamental de la política pública en materia energética del gobierno actual. No se ha olvidado el compromiso ambiental. Al respecto, Alejandro Armenta Mier, senador de la República, informó lo siguiente: México logrará potenciar la producción de gasolina y diésel a nivel nacional, se estima la generación de 340 mil barriles de crudo al día.

El control por barril de los desechos evitará en el país, como en otros no se hace, la destructiva contaminación diaria del ambiente. La adaptación y rehabilitación de la maquinaria que captura los desechos petrolíferos, que se está empleando en México, permite la reutilización de dicho material surgido por la refinación. Este reciclaje, al mismo tiempo, genera productos útiles en la industria y, también, para uso doméstico. La meta de recuperación de los desechos se espera que llegue al 100 por ciento y rebase en corto tiempo el 80 por ciento actual. La nueva etapa de la industria de los hidrocarburos ya comenzó.

Twitter: @AntonioGershenson