Héctor González Iñárritu atiende el teléfono apresurado, pero contento por su regreso al América como presidente operativo. Esta semana va a ser una locura, se sincera horas después de que el club haya oficializado su nombramiento, por medio de un comunicado, en una nueva restructuración interna.

Aunque González Iñárritu no quiere hacer declaraciones, entiende que la obligación es ésa. Más aún cuando el propio Emilio Azcárraga Jean, dueño del equipo americanista, reconoció estar en deuda con sus aficionados por la falta de éxitos deportivos en los años recientes.

Espero que esta restructura nos lleve a contar con equipos que logren traer más títulos y triunfos para nuestra afición. Estamos en deuda, expresó el empresario después de reunirse con González Iñárritu y Santiago Baños, quien continuará como presidente deportivo y compartirá la dirección de las Águilas en optimización de recursos e inteligencia deportiva.

Para González Iñárritu, sus nuevas funciones no son desconocidas. En su primera etapa como directivo del América, de 1999 a 2004, consiguió un título de Liga (Verano 2002) y llegó con el equipo a las semifinales de la Copa Libertadores 2000, cuando cayó ante Boca Juniors. En su currículum, además, está su labor como vicepresidente de Tigres (2008-2010), director de Selecciones Nacionales (2010-2015) y presidente de la Comisión de Árbitros (2015-2017), entre otros cargos.

He escuchado sus preocupaciones y anhelos, sostuvo Azcárraga Jean sobre el descontento de los seguidores americanistas; justo por ello, estaré muy al pendiente de lo que suceda en Coapa.

Bajo el mando del argentino Fernando Ortiz, el plantel reportará el 6 de junio para iniciar su pretemporada. Trabajarán en Cancún, Quintana Roo, durante una semana para luego encarar una ronda de partidos amistosos. La primera tarea de la nueva directiva serán los refuerzos, por eso Iñárritu ya pone manos a la obra.