Martes 31 de mayo de 2022, p. 11
México gasta 117 mil millones de pesos al año para la atención de enfermedades asociadas con el tabaquismo, así como 160 mil millones por costos indirectos, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) comentadas ayer en conferencia con motivo del Día Mundial sin Tabaco (31 de mayo) y donde el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, informó que en el país se mantendrá la prohibición para vender cigarros electrónicos, vapeadores y dispositivos de tabaco calentado.
Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa, resaltó que el tabaquismo provoca tres veces más muertes que el consumo de alcohol y 18 veces más que el uso de drogas ilícitas. De ahí la importancia de la política nacional encaminada a eliminar el consumo de productos del tabaco.
Durante la conferencia se presentó la 17 Evaluación de la Sociedad Civil sobre Políticas Públicas para el Control del Tabaco, donde López-Gatell dijo que el gobierno trabaja en el diseño del marco legal para mantener la prohibición de venta de los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN).
Reconoció que aunque el aumento de impuestos es la medida más efectiva para desalentar el consumo de tabaco, no se prevé la adopción de medidas en este sentido. En cambio, dijo, se buscará avanzar en la aplicación del empaque genérico de las cajetillas de cigarros, así como la actualización del Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, con el objetivo de hacer efectiva la reciente reforma que establece los espacios 100 por ciento libres de humo de tabaco y la prohibición de todo tipo de publicidad de este tipo de productos.
El proyecto del nuevo ordenamiento ya está en el periodo de consulta en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria. Explicó que, entre otras disposiciones, facilita a las empresas identificar lo que no deben hacer para cumplir con los ambientes libres de humo.
Respecto a los SEAN, el funcionario explicó que la prohibición es una medida recomendada por el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, pues está en el nivel más alto de control de productos que son dañinos para la salud de las personas, ya que esos dispositivos están lejos de ser un instrumento que ayude a los individuos a dejar de fumar, como argumenta la industria tabacalera, indicó.
Un primer paso fue la reforma a la Ley para prohibir la importación y exportación de esas mercancías, lo que responde a la decisión de contar con una política general armónica. Esto es, se busca inhibir la oferta, los espacios para el consumo con los ambientes libres de humo, lo que da como resultado una disminución de la demanda.