La novela Cadáver exquisito, de la escritora argentina Agustina Bazterrica, Premio Clarín 2017, es una escalofriante y despiadada distopía, una brutal y realista alegoría en torno a la legalización del canibalismo: a la cría, reproducción, matanza y procesamiento de carne humana, transformando y dividiendo así a la sociedad en tres grupos: los que abastecen el mercado con carne humana de manera industrial, los que la consumen y los que son comidos.

Publicada por el sello Alfaguara, la historia relata cómo ante la súbita aparición de un virus letal que ataca a los animales, éstos tienen que ser sistemáticamente sacrificados, ya que su carne no puede ser consumida por las personas, situación que modifica de manera irreversible la alimentación de la sociedad, ya que, de manera cotidiana y normalizada, se vende y compra en cualquier carnicería, desde especiales y exquisitos cortes, extremidades como brazos, piernas y manos, hasta carne condimentada para desaparecer el olor de la descomposición.

Marcos Tejo, encargado de una planta industrial de carne humana, es el protagonista del relato, un hombre que tiene a su padre en uno de los asilos geriátricos más costosos, separado de su esposa, quien en su fuero interno deplora la crueldad que conlleva el proceso de la venta y consumo de carne humana, pero que de manera práctica no deja, ni por un momento, de ser un eficiente empleado para que esa industria reditúe cada vez mejores ganancias.

Sólo los mejores cortes

La historia describe y detalla cómo se cría, sacrifica y procesa la carne humana, cómo para su venta la carne no es maltratada y se seleccionan los mejores cortes. Igual se da cuenta cómo es la vida de los carroñeros, quienes consumen carne en descomposición o asaltan los transportes de la planta industrial.

El conflicto de Marcos se genera cuando luego de una visita a uno de los criaderos de carne humana, donde al producto le atrofian las cuerdas vocales para que no pueda hablar, el dueño manda a Marcos a su casa como regalo un producto hembra viva y desnuda, de las que en la planta industrial son procesadas para el consumo. La presencia de esa mujer trastoca la conciencia de Marcos, que lo llevará a transgredir las normas alimentarias.

De acuerdo con Agustina Bazterrica, en charla con La Jornada, los personajes tienen distintos claroscuros y matices. Desde quienes venden la carne en las carnicerías, como Spanel, mujer de mediana edad que fue la primera en vender carne humana, hasta quienes de manera profesional reconfortan al producto y lo aturden con un golpe preciso para luego ser sacrificado. Personajes que dentro del horror intentan tener un poco de humanidad.

Quema a quien lo lee

No se trata de una novela que se proponga desincentivar el consumo de carne, aunque algunos lectores han reaccionado con náuseas y pesadillas, comentó la autora. En la novela, destacó, hay una crítica al capitalismo salvaje, sistema en el que todos estamos insertos, que enseña a naturalizar la crueldad.

Si se reflexiona, hoy podemos encontrar casos extremos de canibalismo simbólico, como la trata de personas, la guerra, el acoso, la esclavitud laboral moderna; esas son formas de canibalizar al otro.

La hembra que regalan a Marcos simboliza a todas las mujeres silenciadas del mundo, a las que violan y matan, a las que invisibilizan.

Hay un dicho que dice que somos lo que comemos. En esta historia somos crueldad y deshumanización, horror por comernos los unos a los otros. Cadáver exquisito, concluyó la autora, es una historia que quema a quien lo lee.