El gobierno federal mantiene una producción estable de petróleo, pero aún no hay una tendencia que revierta el impacto de años de abandono en la exploración y la explotación, indicó el secretario de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, Carol Antonio Altamirano (Morena).

Mientras en 2004 Petróleos Mexicanos (Pemex) producía 3.4 millones de barriles al día, en 2018 –el último año del gobierno de Enrique Peña Nieto– cayó a 1.6 millones. Hoy, el Sistema Nacional de Refinación (SNR) opera a 52 por ciento, indicó el legislador.

Luego de que la semana pasada la Cámara realizó la semana nacional de la infraestructura, Antonio Altamirano realizó una revisión sobre el estado de la extracción de hidrocarburos y resaltó que el sexenio pasado cerró con una caída innegable en su plataforma de producción.

Es obvio que, contra lo que se prometió con la reforma energética de 2013, la tendencia a la baja no fue revertida con la privatización. Entregar zonas a explotación privada no solucionó el problema y la inmensa mayoría de la producción sigue siendo de Pemex.

Consideró que la buena noticia es que el gobierno del presidente Andrés Manuel López obrador sustituyó la caída en la plataforma de producción por una estabilización en los dos años recientes, como consecuencia de reducir la carga fiscal de Pemex y al utilizar los recursos liberados para retomar los trabajos de exploración.

La noticia no tan buena es que la tendencia es estable, pero todavía no tenemos una que revierta el impacto de años. La pregunta es ¿cómo aprovechamos los momentos de precios altos para incrementar la producción? ¿Qué tipos de campos podrían explorarse con un costo razonable y en un plazo corto?

Sobre el SNR, dijo que contaba con una capacidad instalada de 1. 5 millones de barriles al día, pero en el último año del anterior gobierno sólo se utilizaba a 32 por ciento de su capacidad.

Para el diputado, el gobierno de López Obrador ha tomado dos decisiones correctas: comprar Deer Park, que incrementará la capacidad de refinación en 340 mil barriles al día, y la construcción de la refinería de Dos Bocas, que aportará un volumen similar.

No obstante, consideró que el reto a corto plazo es aprovechar la capacidad y potencial de las refinerías, pues está pendiente un programa de renovación y reconfiguración general que puede empezar en Tula, Salina Cruz y Salamanca con plantas coquizadoras.