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Pierden ahorradores; ganan barones // Afore: fortunas con dinero ajeno // De minusvalías y plusvalías

S

i de pérdidas se trata (los tecnócratas les llaman minusvalías), ahí está el ahorro de los trabajadores, pero cuando se habla de ganancias, entonces los barones gritan ¡presente! En eso de administrar recursos ajenos con fines privados, millones de mexicanos son afectados, pero nunca los propietarios de ese jugosísimo negocio que, desde 1997, Ernesto Zedillo armó en beneficio de los oligarcas.

Resulta que la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro da cuenta de que entre enero y abril pasados, los recursos que las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) tienen bajo su custodia e invierten en instrumentos financieros registraron una minusvalía o pérdida de valor de 253 mil 443 millones de pesos, lo que significa que en los primeros cuatro meses de 2022 el valor del ahorro de los trabajadores se vio mermado en esa cantidad. De esta forma, en sólo el primer cuatrimestre se borraron más de dos terceras partes de la plusvalía de 352 mil millones de pesos registrada en todo 2021 ( La Jornada, Braulio Carbajal).

¡Qué horror! Una pérdida de esa proporción de inmediato provocaría infartos múltiples entre los propietarios de las Afore (que son los mismos de todo lo demás), pero como por ley éstos nunca cargan con las minusvalías, la factura automáticamente se traslada a los millones de mexicanos que mantienen su ahorro de toda la vida en dichas administradoras. Es el viejo truco de ganamos o perdiste, de acuerdo con el resultado financiero en un periodo dado.

Lo anterior, porque con minusvalías o plusvalías las Afore siempre cobran comisiones (las más elevadas de América Latina), es decir, aparte de la pérdida para el ahorrador, el administrador descuenta su rebanada, vía comisiones.

Sólo por citar un caso concreto, en el reporte del primer cuatrimestre una Afore (Inbursa, de Carlos Slim) informa al ahorrador que –¡lástima, Margarito!– en el periodo registró fuertes minusvalías, pero ello no quitó que el administrador cobrara lo suyo y se embolsara una generosa cantidad por comisiones, amén de que el citado dueño –como tantos otros barones– utilice el ahorro de millones de mexicanos –con costos muy bajos– para que su de por sí enorme imperio sea cada día más grande (ahí está el caso del fallido Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México).

Ese mismo reporte da cuenta de que todas las Afore existentes (10 en total –de las que tres acaparan 75 por ciento del mercado–, de las 24 originalmente palomeadas por Zedillo), ofrecieron a los ahorradores rendimientos anualizados por debajo de la inflación, lo que de entrada significa pérdida garantizada. En promedio, esos jugosos negocios pagaron una tasa de 4.12 por ciento (la mayor fue de 4.7 por ciento, en Pensionissste, y la menor de 3.59 por ciento, en Invercap), contra una inflación de 7.46 por ciento.

La información publicada por La Jornada subraya que la caída en los mercados financieros de México y el mundo, una de las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, ha provocado que más de 70 millones de trabajadores del país terminaran el primer cuatrimestre de 2022 con la mayor disminución en su ahorro pensionario desde que hay registro.

De acuerdo con información oficial, entre 2020 y 2021 (años de pandemia) las Afore registraron utilidades cercanas a 30 mil millones de pesos. A partir de 2022 disminuyeron las comisiones por ellas cobradas (resultado de la reformas a la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro en diciembre de 2020), pero no reportan pérdidas. Tal vez se trate de ganancias menores (con dinero ajeno), pero utilidades al fin, que contrastan con las enormes minusvalías para millones de mexicanos.

Imposible no recordar el emotivo discurso de Ernesto Zedillo cuando dio el banderazo de salida al jugoso negocio de las Afore: los trabajadores tienen hoy un régimen de pensiones a la altura de los mejores del mundo. ¡Esto es un gran triunfo de todos!, porque es muy satisfactorio saber que las pensiones son sustancialmente superiores, en promedio, a las que se recibían antes; han podido apreciar el valor de este nuevo sistema y lo han adoptado con entusiasmo; se trata de la gran solución social al México moderno de hoy, un sistema para el futuro, moderno, ágil, transparente y, sobre todo, justo. Y se quedó tan tranquilo.

Las rebanadas del pastel

¿Y qué esperaban de la relección del charro Carlos Romero Deschamps (con la careta de Ricardo Aldana) en el sindicato petrolero? ¿Actitud democrática?