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Colectivos piden una América libre de megagranjas porcícolas
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 26 de mayo de 2022, p. 26

Mérida, Yuc., Comunidades en resistencia, defensores de derechos humanos, especialistas en medio ambiente y académicos presentaron la Declaración de América sin Fábricas de Cerdos, en un foro celebrado en el auditorio de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, en esta capital.

Los especialistas recordaron las afectaciones sociales y ambientales que genera la industria procesadora de puercos. Este modelo agroindustrial, que se extiende desde Estados Unidos al resto de América, reproduce los patrones de explotación del capitalismo más voraz que afecta y despoja a los territorios indígenas, genera fractura del tejido social y cultural, violentando la vida pacífica de los pueblos, contaminando la naturaleza y potenciando la crueldad y explotación animal, acotaron en el documento, resultado del primer foro internacional sobre los impactos sociales y ambientales de las fábricas de cerdos.

Las organizaciones académicas y civiles firmantes consideraron que las megafábricas de puercos amenazan el derecho a la tierra y al territorio de las comunidades indígenas y campesinas, pues se establecen de forma desproporcionada en pueblos originarios y afrodescendientes, sin su consentimiento libre, previo, informado y culturalmente adecuado, violando así su derecho a la libre determinación.

Agregaron que el modelo de las megafábricas de cerdos requiere una gigantesca cantidad de agua potable, soya, maíz y cereales para alimentación animal. Un aspecto alarmante es que el modelo de producción de alimentos cada vez se aleja más de la ganadería y agricultura sostenibles, en los que cada pueblo pueda producir y acceder a alimentos de una manera culturalmente adecuada.

En el foro se compartieron las experiencias y los efectos en América de las megafábricas de puercos.

Las pruebas de la ciencia medioambiental y de la investigación en salud pública indican claramente que existen impactos ambientales negativos y riesgos críticos para la salud de trabajadoras, trabajadores y de la comunidad. Dadas las prácticas agrícolas actuales, las operaciones animales son las que más contribuyen a los gases de efecto invernadero y al cambio climático, explicó D’Ann Williams, experta en salud ambiental de la universidad estadunidense Johns Hopkins.

Para cumplir con los objetivos globales del cambio climático, el modelo de producción animal industrial debe transformarse para lograr un sistema alimentario más sostenible, equitativo y resistente, afirmó.