no de los títulos más esperados de Cannes, al menos por quien esto escribe, ha sido Three Thousand Years of Longing ( Tres mil años de espera), la más reciente realización del australiano George Miller, conocido por su creación de la franquicia de Mad Max. Exhibida fuera de competencia, la película trata sobre una estudiosa de narrativa (la ubicua Tilda Swinton) de viaje en Turquía que descubre a un genio (Idris Elba) dentro de una botella, quien le ofrece concederle tres deseos a cambio de su libertad.
No es, desde luego, un remake de Aladino sino una reflexión sobre la necesidad de contar historias, según han señalado los críticos, pues el genio le cuenta a la mujer tres relatos sobre su pasado para tratar de convencerla de sus buenas intenciones. Sin embargo, no hay consenso de opinión. Hay quienes elogian su arrojo temático, pues como escribe Peter Debruge de la publicació Variety, “…el mayor logro de la película es capturar nuestra imaginación y mantenerla por la mayor parte de dos horas, retándonos a anticipar lo que sigue.”
En cambio, Tim Grierson de la publicación Screen señala que “Si bien Miller se ha reunido con los magos técnicos que le dieron forma a Furia en la carretera, esas secuencias (los flashbacks) se ven más trabajosas que virtuosas. Además, Tres mil años…empieza a volverse repetitiva, con Idris Elba y Tilda Swinton volviendo a cada rato a su cuarto de hotel, resumiendo cada vez las consecuencias de su última reminiscencia.”
Mientras que la primera competidora francesa fue Frère et soeur ( Hermano y hermana), de Arnaud Desplechin. Cito la sinopsis del catálogo oficial: Alice (Marion Cotillard) y Louis (Melvil Poupaud) son hermano y hermana. Ella es actriz, él era un maestro y un poeta. Por más de veinte años, Alice ha odiado a su hermano. En todo ese tiempo no se han visto. La muerte de sus padres los reunirá cara a cara.
Suena como un melodrama familiar interesante, ¿verdad? Pero la mayoría de los colegas la han encontrado demasiado excesiva y crispada. Desplechin, a quien suele irse la mano en escribir guiones muy elaborados, poblados de personajes incidentales, ha conseguido uno de sus trabajos menos convincentes. Lo mejor que puede decirse de este drama familiar
, escribe Boyd van Hoeij de The Film Verdict, “es que les da a Cotillard y Poupaud mucha cancha para actuar exageradamente, ya que gritan o lloran en prácticamente en cada escena. (…) A fin de cuentas, es un paquete elegante sobre gente desagradable que es difícil de entender.”
Se anunció para el martes 23 y miércoles 24 un encuentro con cineastas para el 75 aniversario del festival, a fin de contestar la inquietante pregunta: ¿qué significa ser un cineasta en la actualidad? Si bien no se ha dado aún la lista de nombres de los participantes corre el rumor de que entre los presentes estará Guillermo del Toro. Si es cierto, habrá alguien con conocimiento para hablar en nombre del cine nacional, por lo menos.
Dado que me acabo hacer la prueba de antígenos y salió negativa, al fin, quiere decir que a partir de mañana comenzará mi cobertura presencial de las películas aún recuperables de la programación de Cannes.
Twitter: @walyder