El sol toca cada mañana con sus rayos los 528 kilómetros de litoral campechano en el próspero Golfo de México. Las mujeres y hombres de mar aprovechan cada una de las especies marinas que ofrecen día a día sustento para sus familias, entre las que destacan caracoles, pulpo maya, cangrejos, robalo y pargos, a la par del famoso cazón y la raya.
Paralelamente, la flota pesquera de altura se hará al mar para la captura del camarón, cuyo valor comercial es el segundo más importante después del pulpo. Estas dos actividades –pesca ribereña y pesca de altura– generan una producción que oscila en las 65 mil toneladas anuales, y que colocan a Campeche en el séptimo lugar nacional, con lo que contribuye significativamente a la seguridad alimentaria del país dado que el consumo nacional per cápita es de 13.9 kilogramos, que dicho sea de paso es menor al consumo mundial de 20.5 kilogramos per cápita. El aprovechamiento de los recursos marinos en Campeche ha dado sustento a cerca de 12 mil familias que participan directamente en las actividades de captura, procesamiento y comercialización.
Las instancias rectoras de la pesca en México señalan que el aprovechamiento de gran parte de las especies está en su máximo sostenible y que su futuro es incierto, situación que pone en riesgo la integridad de los ecosistemas marinos y obliga a pensar en la transición a actividades alternas que permitan garantizar el suministro de alimento a la población y sustento económico a las pescadoras, pescadores y sus familias.
En este contexto, el Instituto de Pesca y Acuacultura del Estado de Campeche (INPESCA) adopta la acuacultura como una opción real para reducir la sobre explotación de la biomasa marina, asegurar el abasto de alimentos y propiciar el desarrollo económico y productivo de quienes participan en la actividad.
INPESCA, en su plan estratégico, ha definido proyectos a corto, mediano y largo plazo, para el fortalecimiento, profesionalización, tecnificación, competitividad y rentabilidad de la actividad acuícola, en un escenario de sostenibilidad, impulso al sector social, corresponsabilidad ambiental y desarrollo territorial.
Dicho plan presenta como uno de sus objetivos estratégicos la ejecución eficiente del ordenamiento pesquero y acuícola en el estado, que permitirá tener un padrón único, confiable y actualizado de ambos sectores; así como la infraestructura de acopio, conservación, desembarque, embarcaciones y artes de pesca que inciden de manera directa e indirecta en la pesca y acuacultura. Además, permitirá trazar territorios productivos, tejido social, investigación y estudios para desarrollar y alcanzar producciones y economías competitivas.
Campeche tiene condiciones geográficas, climatológicas e hidrológicas para el desarrollo productivo de la acuacultura, así como de especies nativas diversas, susceptibles de aprovechamiento a través del cultivo, como la mojarra castarrica, robalo, peje lagarto y cocodrilo moreleti; así como de especies exóticas y ornamentales que se han introducido para su aprovechamiento económico y nutricional como la tilapia y el camarón blanco.
La estrategia propone incorporar la acuacultura artesanal que se desarrolla actualmente en la entidad, principalmente en la zona sur del municipio del Carmen, mediante unidades de producción en tinas circulares, estanques rústicos y jaulas flotantes en cuerpos de agua, cuya producción es principalmente para el autoconsumo y un margen mínimo para venta, que la hace una actividad poco rentable.
El área de oportunidad que se vislumbra radica en la identificación y estandarización de los procesos productivos en dichas unidades, su tecnificación y desarrollo. La prospectiva de atención es que cada unidad proporcione, en principio, ingresos directos al menos a cuatro familias, lo que les permitirá desarrollar actividades productivas adicionales como la agricultura y ganadería, será más eficiente el uso del agua, el aprovechamiento de los sedimentos generados por el alimento a los peces y el uso de energías limpias, entre otras.
El éxito de dicha propuesta requerirá construir una Red Social Productiva, con la participación y compromiso de los acuicultores, y con la disposición para organizarse, capacitarse, estandarizar y coordinar sus modelos de producción y tecnificación; lo que brindará mayor crecimiento productivo y mejorará la calidad de vida de sus familias.
De este modo, la senda de desarrollo advierte la creación y consolidación de empresas sociales impulsadas desde un nuevo modelo de gobernanza, privilegiando la incursión de productores a nuevos nichos de mercado.
El desafío es imponente, reclamará trabajo arduo e importantes procesos de adaptación y resolución; sin embargo, estamos convencidos que en el mediano plazo el INPESCA será referente en la materia. •